Cuando se va a un concierto con expectativas altísimas y se sale más contento que unas castañuelas, casi que las crónicas sobran. Pero también hay que, de alguna forma, contarlo, porque para eso es este invento en el que un día decidimos embarcarnos. Aunque sólo sea para que quien no asiste al concierto de turno (esta vez no más de 50 personas) se lo piense mejor a la próxima. No es que esperásemos tampoco mayor asistencia para ver a No More Lies en Bilbao un jueves. Son lo más parecido en el Estado a una banda de culto y como tal no les corresponde llenar salas. No deja de ser una pena, sobre todo porque no hacen nada raro, nada que cualquier rockero no pueda apreciar.
Pero no caben lamentos, porque el trío salió y pegó un repaso a su parca y excelente discografía en un concierto lleno de temas enlazados, interpretados con la misma pasión y energía de unos primerizos y con el control de unos veteranos. Fue un poderoso paseo del post-hardcore al rock n roll, de los últimos 90 al presente, de los sonidos de adolescencia a una madurez que muchos, igual que ellos, nunca entenderemos sin la música.
La cosa comenzó con «In The Shade of Expectation» y es cierto que los temas de su reciente disco así llamado sonaron casi en su totalidad. Pero sus álbumes son suficientemente cortos para permitir que incluso en un concierto de punk-rockera duración puedan intercalar partes de toda su historia. Así los flamantes temas nuevos sonaron entre los ya himnos de punk-rock del «Coordenadas» como «Bad Catholic Education» o «Youth Powered By Anxiety» y también de su etapa que podemos considerar más post-hardcore como «Pisa’s Tower» o «Stone, Noise, Broken Glasses». A temas de los más antiguos precisamente recurrieron para unos bises que no se hicieron esperar.
El setlist llevado al plano emocional fueron coros, sonrisas de aprobación, puños en alto, vibración y movimiento. Quizá no tanto por fuera (el público de Bilbao nunca nos hemos caracterizado por la efusividad) pero seguro que a más de uno también por dentro. Y todo se acentúa cuando caemos en la cuenta, según comenta Santi García, de que jamás habían tocado en Bilbao, siendo lo más cercano la mítica pizzería Xurrut. No sabemos cuando será la próxima vez que sus agendas les permitan volver a hacer una gira estatal, pero esperemos volver a estar en su mapa.
No nos olvidamos del papel de teloneros de Meido, también power trio aunque de rasgos muy diferentes. Su math-rock pantanoso con Unsane, Melvins o Helmet como trasfondo nos va sonando cada vez más rocoso, más clásico. Quizá se están acercando a un rollo más setentero o stoner, pero parece que la fuerza del riff va imponiéndose a los ritmos quebrados. En cualquier caso unos teloneros muy diferentes que también sonaron aplastantes y que cumplieron con creces.