Solemos tender en este bendito país a ensalzar todo aquello que venga de fuera y a no valorar como debiéramos lo mucho y bueno que tenemos aquí. Al decir esto no estoy reflexionando sobre algo que no sepamos ya de sobra, pero precisamente por ello el regreso de No More Lies se presenta como una magnífica oportunidad para recordarnos a nosotros mismos, que en muchas ocasiones no tenemos nada que envidiar lo que se pueda hacer a nivel musical en otros lugares del globo. La vuelta al ruedo tras casi nueve años de los catalanes no es que esté siendo ignorada por los medios, ni mucho menos, pero a uno no se le escapa que el protagonismo de estos continúa siendo claramente inferior al que a buen seguro se le daría a cualquier regreso de las bandas seminales de, por ejemplo, la ciudad de Washington.
¿Y a que suena este regreso de No More Lies? Pues, como no podía ser de otra forma, ni más ni menos que a ellos mismos. Si alguien esperaba otra cosa es porque no saben muy bien de qué van los de Sant Feliu de Guixols. Cierto es que “Spiral Desidia” excede en su estribillo (para bien) los límites melódicos antes conocidos por la banda, pero por lo general todo sigue su curso habitual. Es decir punk rock con ciertas formas retorcidas, pero amable en el fondo gracias a un poderío de inmediatez absolutamente delicioso. Algo así, parece como si esta vez hubiesen mirado por momentos más hacia Chapell Hill que hacia el DC.
Canciones como las muy Hot Snakes, “Daily Smile Commitment” y “In The Shade Of Expectation”, con ese traqueteo marca de la casa, o el punk melódico de “Dear System”, se antojan perfectas para corear en directo. Mientras, en la segunda parte del Lp encontramos al trío más cerca que nunca de «41º46.5’N 3º1.9’E», Lp preferido para muchos por su perfecta mezcla de aridez y melodías. Así, la kamikaze “Friends Neighbours & Criminals”, la cambiante “Convinced”, o ese himno que a buen seguro va a ser “Wrong Stage Bad Scenario” nos traen a los mejores No More Lies que nos hubiésemos podido imaginar.
Sin que ningún tema sobrepase los tres minutos de duración, parece que por los catalanes no pasase el tiempo, y en una sobresaliente continuación de lo perpetrado allá por 2005 prometen un 2014, cuando menos, entretenido a nivel de directos por toda la península. Con retornos como este en casa, ¿a quién le importan las reunificaciones del otro lado del charco?