Concierto de tres bandas un jueves en La Boite, era de cajón de madera de pino que alguna iba a pasar. Como público y como promotor hay una situación que a menudo se repite y que es un verdadero problema. Banda atractiva para el público que a menudo se hace acompañar por banda amiga o de banda de la misma discográfica, de escasa calidad musical, que obliga a incrementar los costes de un concierto, con el único motivo de la banda amiga se dé a conocer. Muchos son los conciertos que se han dejado de celebrar por este incremento de costes y muchos son los problemas que dan este tipo de comportamientos. Además aunque la calidad musical de Negurã Bunget está fuera de toda duda, la propuesta es muy minoritaria en España, por lo que para amortizar el concierto el promotor siempre se va a ver obligado a incluir una banda local.
Esto es lo que ocurrió con el concierto de Negurã Bunget, porque si no, es inexplicable que un grupo tan rematadamente malo como The Way of Purity tocará en nuestra ciudad, con el agravante de que son legión los grupos de aquí que hubieran aportado más calidad, más público y menos problemas. Lo peor no es que fueran malos (se salvo el tema «Noah», un poco, donde cantaron en limpio), sino que al ser una banda que no va a tener otra oportunidad de «lucirse» aquí, tocaron el set integro de nueve temas (Intro, Sinner, Anchored, Burst, Egoist, Licantrope, 23 Circle, Noah, Death Wish) hiriendo de muerte al desarrollo posterior del concierto. De ellos, llamativa la voz gutural de la cantante ataviada con una escueta camiseta negra y antifaz de todo a 100 y los otros tres miembros cubiertos por pasamontañas. Muy pobre la impresión, de ser poco más que una banda de colegas de instituto.
Aathma usaron su propio equipo para el concierto, montando una pared de sonido tremenda dando muchísima más crudeza a sus temas que lo que muestran en disco. El set estuvo compuesto, por una «Intro» de ambiente drone, para desembocar en «Oaks» y seguir con «A Thousand Nails», y una serie de temas nuevos, el último según reconocieron, con algún fallo considerable. El concierto se hizo todo lo corto, que largo se hizo el concierto de The Way of Purity. El único problema es que al tirar de potencia, la voz de Juan, sobre todo en las partes bajas, quedaba tapada del todo. Con todo, una experiencia el escuchar un concierto de Aathma con esas características y aportando la calidad que no aportaron sus predecesores. Una pena no haber podido disfrutar más de Aathma.
El cambio de Aathma a Negurã Bunget fue muy lento, por la profusión instrumental de los segundos. Cuando el concierto empezó cerca de las doce, ya nos imaginábamos el público que era lo que iba a ocurrir. Además de calidad, la música de Negurã Bunget ofrece especialidad y variedad. En tan sólo treinta y cinco minutos de concierto, pasamos de temas en línea black metal, a partes ambientales, pero transitando por partes progresivas y de dark folk. De todo un poco, aderezado con una instrumentación variada (tambores tribales, una especie de xilófono de madera, dos perfectas voces limpias y guturales, teclados y el resto de instrumentación habitual). En «Pâmînt» pasamos, por ejemplo de un sobrecogedor inicio con flauta dulce y voz limpia, ayudada por la percusión sobre el mencionado instrumento de tabla, a la aceleración con dos voces guturales y el black metal ambiental. En «Tara de dincolo de negurâ», pudimos escuchar el cuerno de inicio o en la instrumental «Norilor», polifonías a cargo de un tambor de guerra y bateria o el black progresivo de «Cunoas Terea Tâcutâ». Una pena que el concierto fuera tan breve, porque estaba sonando de lujo.
Las quejas por la escasa duración del concierto de Negurã Bunget ya se han leído por internet. Pero es lo que hay, cuando uno de los grupos con horario reducido no se atiene a razones y se pasa claramente de horarios. Escaso público que justificaba la inclusión de una banda local para cubrir, con un precio reducidísimo, los costes del concierto, lo que demuestra que el promotor organizó esto sobre todo por su gusto por Negurã Bunget. Tampoco debemos machacarle por el problema de horarios. A gente que se arriesga con propuestas minoritarias hay que aplaudirlos, no otra cosa