Problemas físicos casi me dejan en casa, que sólo a última hora se solucionaron (migraña), me impedían ver a Biffy Clyro, cosa que la verdad tampoco me molestó demasiado, en principio. Por más que la gente hable maravillas de su último disco «Only Revolutions» a mi no me llega nada y por otro lado, lo escaso del tiempo y que una «megasala» como el Palacio de los Deportes no es sitio adecuado para disfrutar de la música de un grupo tan orgánico como Biffy Clyro.
Shockeado te quedas al entrar en un stio como el Palacio de los Deportes, además cuando tienes que hacerlo tarde, para buscar sitio y por la marabunta de público. Si la semana anterior me la pase «viviendo» en Penélope, una sala relativamente grande, no tiene ni punto de comparación con el macroespectáculo organizado por Muse. Tres columnas físicas de luces, que actuaban como ascensores, subiendo y bajando a los tres miembros del grupo, entre las que aparecían en una plataforma Muse o que se usaban como proyectores de imágenes, todo ésto adornado en partes con multitud de rayos láser verdes, balones hinchables o lo que se terciara apoyando lo espectacular también del sonido y de las interpretaciones de la banda.
El trío en lo musical, también tremendo. No puede decirse que Bellamy sea un cantante nada contenido y es dificil aguantar todo el repertorio sin decaer haciendo un amplio desplegue vocal, pero lo logra, conviertiéndose en lo más llamativo de la banda. Wolstenholme lo clava con el bajo y Howard se muestra como un bateria tan efectivo como espectacular, para que Bellamy ya sea con teclados – guitarra o voz se luzca.
El repertorio se abrió con el actual single de la banda «Uprising». Prácticamente no se echó en falta ninguno de los grandes temas de la banda, desde «Map of the problematique», pasando por «Supermassive black hole«, «Plug in baby», «Hysteria» o «Time is running out», dejando «Stockholm Syndrome « para los bises y «Knights of Cidonia» para cerrar. Lo único en lo que flojea el set list es que siendo el último disco el más flojo y siendo necesaria la inclusión de algún tema excesivo como «United States of Eurasia», el resultado queda algo por debajo de su anterior comparencencia en el Palacio. Eso sí, ellos suenan perfectos en el escenario y la inclusión de temas tan de Depeche Mode como «Undisclosed Dessires» o la melódica «Feeling Good» contrasta positivamente con los arranques metálicos de Muse.
Como espectáculo y como músicos, aunque yo disfrute más, también por cuestiones de edad, de salas de tamaño más reducido, es incuestionable que lo vivido en el Palacio de los Deportes fue apoteósico, con una banda que probablemente marcará la decada en lo musical. Puede que «The Resistance» sea un traspiés en su carrera, pero ahora mismo están a años luz por delante de otras bandas a la hora de crear himnos de estadio, aunque también resulte obvio que los temas que más adornan su directo, no son los temas de su último disco. Que sigan así por muchos años, pero eso sí, que no se acomoden más de la cuenta, aunque a estos niveles muchas veces el fenomeno supere a la valía de la música que hay detrás y cualquier cosa que se haga pues se ensalce/se denigre más de lo real.