Ya es oficial, Muse entra al olimpo de los dioses nacidos en la década pasada, junto con sus vecinos Coldplay, que comandan. Lejos queda ese descubrimiento que trajo Festimad 2001, esas dudas sobre su paso a salas cada vez mas grandes y su inclusión cómo cabeza de cartel en festivales como el de Benicassim. Vinieron para ser aplaudidos y disfrutados por masas, y quizás han sido los que lo han sabido conseguir con mejores maneras y con una línea más continuada.
| TELONEROS DE ESTADIO |
Los conciertos de Big Pink y de Editors fueron grandes aciertos por parte de la banda británica, incluyendo a los primeros cómo sutileza de cara al panorama más underground y unos segundos Editors que hoy en día ya tienden a ejercer de co-cabeza de cartel en festivales de aquí. Al dúo, reconvertido a trío en vivo, no lo pudimos ver al completo pero derrochó elegancia a pesar de un ambiente y escenario poco aprovechable para ellos. Tampoco es que el sonido llevara una nitidez suficiente, pero en realidad salimos bastante contentos con su propuesta de distorsión de segundo plano, que a pesar de sonar lejana era muy apropiada por un día con amago de lluvia. Apenas consiguieron contentar a un público de estadio con su hit «Dominos». Era de esperar, así que queremos verlos en sala.
Editors si contentaron a todos con un estilo inmediato, directo y resultón. No digo que me parezca justo que se llevasen el gato al agua con un repertorio tan aburrido y repetitivo como el suyo, pero si que lo hicieron ayudándose de «An End Has A Start», de la voz de Tom Smith y de el eterno recuerdo que dejan a los Joy Division mas planos. Ellos andaron mucho más cerca de lo que debe ser un concierto de estadio: certero, ayudándose del público y de algún estribillo resultón. Pese a quién pese, lo que hacen lo hacen bien, aunque nosotros pedimos la hora ya a la mitad de concierto.
| EL OVNI DE LA RESISTENCIA |
El futurista escenario con forma de nave aterrizaba en el Calderón, ante el estupor de algunos y la veneración del resto, que poblaron las colas durante todo el día. Para comenzar con unas muy convincentes «Uprising» y «Supermassive Black Hole» y arrasar mas tarde con «New Born», «Map Of The Problematique« y sobre todo una sorpresa como «Bliss», que pasó sin pena ni gloria entre los oídos de la mayoría de gente pero no para los que hemos disfrutado siempre con su repertorio. Curiosamente despidieron algunos de los temas de modo algo improvisado, o al menos, con unos estudiados guiños a temas que bien meditado podrían encajar como influencia. El riff pesado de «Head Up» de Deftones se coló para despedir «New Born» y el de «Back In Black» para despedir un «Hysteria» muy flojo que acusó el poco volumen de bajo.
De hecho el problema vino cuando «Guiding Light» empezó un declive que debió salvar «Hysteria», pero que al no conseguirlo nos sumió en el más profundo sopor de «Nishe» y algún otro tema nuevo. Tuvieron que sacar «Feelin’ Good» para intentar rematar, pero no fue hasta el tramo final dónde pudieron levantar un concierto tan espectacular visualmente como encorsetado en lo musical, hacia la parte media del set. «Undisclosed Desires» fue un buen comienzo, pero hasta que no aparecieron «Starlight», «Time Is Running Out» y el medio tiempo en el que decidieron sacar un OVNI hinchable (con extraterrestre trapecista incluido) no consiguieron igualar los inicios de concierto.
Para cerrar supieron elegir bien sus cartas: guiño a los fans de siempre con «Unintended», regodeo de los nuevos fans con una «Exogenesis: Symphony, Part 1: Overture» que fue de lo que mejor supieron llevar al directo de su reciente disco para cerrar el primer bucle con una imprescindible «Stockholm Syndrome». Mucho mejor el segundo set final con un progresivo «Take A Bow» conmovedor, una «Plug In Baby» con cierta falta de locura y una «Knights Of Cydonia» con todo el ambiente space-cowboy que ya mostraba en disco.
Siempre han sabido hacer y dar espectáculo. Antes lo hacían con cuatro globos, y ahora con un escenario de diseño exclusivo, pero ante todo Muse siguen siendo una de las bandas mas respetable de su liga. Atrás quedaron los conciertos en que nos demostraban más su talento personal, pero tenerlo lo siguen teniendo.