Aunque algunos se hayan empeñado en adueñarse de The Men como de uno más de esos hypes de última hora, este (ahora) cuarteto de Brooklyn demostró en la sala Siroco que lo suyo no es fruto de un día.
Está claro que lo de The Men no es del todo nuevo, puesto que hay muchas bandas que lo han hecho antes, pero está claro que el despreocupado cuarteto dejo claro que son lo que son sin pretender ser el último grupo molón de la escena. Así arrancaron su concierto dejando claro que con el nuevo disco que aparecerá este año van a seguir ahondando en su vena más ordenada y melódica, alejándose del bonito caos que nos trajeron con «Leave Home». Como si de otra banda distinta a los The Men de 2011, la banda mostró unas cartas que nos recuerdan tanto a The Replacements como a un rock psicodélico algo setentero, siempre con el habitual desfase de guitarras potentes y desajustadas. Apenas nos brindaron «Bataille» en los primeros compases, el resto fue presentación de nuevo material.
En la segunda mitad fue algo distinto, puesto que aunque tampoco fuimos capaces de reconocer mucho más que «()» e «If You Leave…» hacía el final del concierto, si sacaron las guitarras más potentes y los ritmos más hipnóticos. De sonido andaron sobrados, con apenas unos problemas de sonido con su nueva bajista, que se pasó todo el concierto intentándose hacer escuchar entre la maraña de distorsión.
Veremos por dónde terminan saliendo con el nuevo disco, pero el giro de volante que vuelven a dar nos vuelve a dejar fuera de juego. ¿Vencerán los temas más ordenados a esa maraña de ruidera desaforada de «Leave Home»? ¿Se irá del todo el alma punk-noise de «Immaculada»? ¿Encontrarán de una vez por todas un sonido propio y se quedaran con él? Lo que está claro es que son una experiencia interesante en vivo que esperamos repetir pronto, ya con ese nuevo disco fuera.
