/Crónicas///

Low – Toledo (31/03/2012)

Alan Sparhawk, Mimi Parker, Steve Garrington
8.8
Circulo de Arte, Más de media sala
Precio: 20 / 26 €
Géneros: , ,

¿Se le ocurre a alguien mejor recinto para poder disfrutar de un concierto del slowcore ambiental de Low que el de una iglesia reformada? Difícil imaginarlo, ya no sólo por una acústica que los haría la justicia necesaria que no han tenido en su paso previo por el festival Primavera Sound, sino por el ambiente de oscuridad y misticismo que invadía el recinto toledano. Y eso que hablamos de una gira cuyo paso previo a Toledo fue todo un Teatro Kursaal de Donosti, aunque quizás demasiado inmenso (de nuevo nos acordamos de Primavera Sound, aunque esta vez del Auditori).

La labor de apertura corrió a cargo de Rauelsson, que se marcó un set casi desenchufado,  con un compañero de lujo a los violines y teclados: Peter Broderick. El repaso de su repertorio estuvo de lo más acertado, alternando las canciones más intimistas con algún que otro ejercicio más melódico. Entre el respeto más absoluto que hubo en el concierto (con mensaje directo a Madrid por hacer todo lo contrario) y un sonido que los acogió con los brazos abiertos, sólo hubo tiempo para dejarnos con ganas de más.

Lo de Low después fue algo de otro mundo. Sin duda son únicos en lo suyo, en el arte de hacer transmitir emociones y belleza, con poco. Apenas tres miembros encima del escenario, pero sonando como si estuviéramos ante todo un coro de gospel con banda detrás. Lo bueno si es conciso y sencillo, dos veces bueno. Mimi de nuevo centró la atención con esa minimalista y particular manera de tocar la batería, mientras a su izquierda Steve ya hace mucho que se ha mostrado como el compañero perfecto de la pareja. La otra mitad de esa pareja, Alan, volvió también a demostrar el genio escénico que es, sintiendo cada nota como si fuera la última.

El concierto comenzó muy denso, pero en seguida la preciosa y arrebatadora «Try to Sleep» nos demostraron que el concierto iba a estar a la altura de las expectativas que nos habían regalado desde las otras fechas españolas. Igual «Nightingale» creció mucho en vivo con respecto a la versión del reciente «C’mon», aunque fueron «Monkey» y «Silver Rider» los momentos álgidos de un concierto que iba para épico.

De hecho, demasiado bien comenzó el evento, tanto que luego se hizo algo más embarullado por cuestiones de repertorio. No fue un problema de ejecución, sino más bien de orden, siempre partiendo de que estamos hablando de un concierto que fue mayúsculo en todo momento. Esa ligera caída de atención y ritmo se resolvió de un plumazo con dos temas que contaron con la ayuda de Broderick a los violines: primero «Sunflowers» y luego una bellísima versión de «Specially Me» con Mimi a las voces.

Tras un final de set que continuo por el camino de la densidad mística de sus canciones y por el más absoluto respeto del público, arrancaron unos bises que cerraban el concierto justo como va acabando «C’Mon». Hay que destacar «$20» en clave preciosista y una «Nothing But Heart» que no fue lo ideal para cerrar, a pesar de que subieron a escena a Rauelsson y al propio Broderick. Quizás lo de guardarse «California» para este momento hubiera sido perfecto, pero nos quedamos con las ganas de rematar el gustazo para los sentidos que son Low. Así si, en escenario al aire libre la cosa no es para una banda así.

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31 de marzo de 2012