La reciente visita de Last Day Of April a nuestro país venía enmarcada de cierto halo de duda. Banda con cierta repercusión a principios del siglo pasado dentro de la escena emo de carácter más pop, llevaban los unos años sin estar demasiado presentes en el candelero, y eso provocaba que la mayoría del público, o al menos la gente con la que yo compartí impresiones, buscasen un concierto que evocase a sus años de mayor fama por medio de clásicos de aquellos años.
Un servidor no fue muy fan en su momento de mayor “esplendor”, y por contra tampoco fui de lo que les perdí la pista del todo más tarde, considerando su último trabajo hasta la fecha “Gooey” un notable disco que mostraba una evolución muy correcta en la banda liderada por Larsson. Quizás por ello para mí el problema de aquella noche no fue tanto el repertorio, que también, sino la actitud (y en eso si que estábamos todos los asistentes de acuerdo) de una banda fría, sosa, y que salvando a su segundo guitarrista encargado de las seis cuerdas y del guitar-steel, no transmitió ni ganas, ni actitud, ni deseos de gustar demasiado a su público. Además de esto, y volviendo al tema del set-list, que la banda dedicase casi toda su hora de actuación a tocar, ya no solo temas de “Gooey”, sino a combinar estos con otros de un futuro álbum que por supuesto ninguno conocíamos, terminaron por agarrotar a una concurrencia que esperaba, si no mucho, sí algo más.
Eso sí, temas de su última obra como “America”, “All The Same” (aquí sin Evan Dando, claro), o “What Is Here For You Is What You Bring With You”, no dejan de ser grandes canciones, y eso unido a que antes tocaron nuestros magníficos Bullitt, fue suficiente para al menos salvar la velada. Los gerundenses presentaron en apenas media hora un repertorio con algunos de los mejores temas de su notable segundo disco “Love Or Die”, así como sus dos últimas canciones publicadas en formato Ep. “Talk It Over” y “Erased” sonaron como un cañón llenas de energía y buenas vibraciones, y fue una pena que no contaminasen con su vigor a los que se suponían las estrellas de la noche.
Una noche algo decepcionante, pero que solo por las risas y el buen rollo que hubo a pesar de todo entre la mayoría del público, hizo que mereciese la pena pasarse una vez más por las entrañas de nuestra ballena más querida.