Si ha habido una banda en los últimos años que ha sabido mantener una carrera de constantes cambios, sin perder en ningún momento la calidad, esa debería ser Lagartija Nick, o al menos es la más longeva en seguir haciéndolo. Se puede decir que su sonido actual está muy en la onda de sus inicios con «Su» e «Inercia», pero Antonio Arias sigue luciendo con orgullo sus obras pasadas. Si primero fueron «Omega» con Morente de su lado y el propio «Inercia», ahora aprovecha para revisitar «Val del Omar».
La segunda mitad de los noventa fueron una época de metalización en el sonido del grupo granadino, ya desde aquellas guitarras afiladas que se colaron entre los quejíos de Morente en «Omega». «Val del Omar» fue el encuentro definitivo de Antonio Arias con la música industrial y el trash-metal, en la que posiblemente podría ser la obra culmen del género en España. La reunión de esos viejos temas con esta nueva formación tras doce años del disco nos viene genial a los que nos lo perdimos en su día.
Y la verdad que las dudas podrían aparecer del show llevado al 2010, con dicha formación que apenas contaba más que con el propio Antonio de la formación de aquel momento, pero se disiparon en seguida. Con un inicio puntual al que no estamos acostumbrados (¿20:30?) el Auditorio ya se mostraba perfecto para el evento al primer guitarrazo: sonido muy nítido, proyector de grandes dimensiones detrás y una sensación de penumbra muy apropiada. Incluso las dudas que podría generar tenerse que enfrentar a un concierto de tintes pesados sentado tuvo sentido ante la experiencia «Val del Omar». En el concierto de Barakaldo se quejaban del precio y de la sala, y aquí en Madrid teníamos eso cubierto.
La versión de los Lagartija Nick de este disco en pleno 2010 fue sorprendente. Victor Lapido, por ejemplo, podría pasar por muchas cosas pero no por un guitarrista provisto de riffs cercanos a Ministry, pero cuadró a la perfección el solito temas como «Persona e Impersona» o «Táctil Visión». Sobre las programaciones y baterías, una de las tareas más complicadas de llevar al directo, no hubo que preocuparse. David Fernández y Miguel Ángel Arias no estuvieron en «Val del Omar» pero si en el posterior «Lagartija Nick» y se les notó con una comodidad abrumadora ejecutando piezas del disco cómo «Celeste» o «Sin Fín», tanto o más que canciones posteriores cómo «Contar Lo Que No Puedo Contar», convenientemente pasada por el filtro industrial.
A Antonio lo vimos como verdadero maestro de ceremonias, pero algo justo de voz en algunos momentos. Quizás solamente la increible escasa duración del concierto (sólo una hora), hizo que las sensaciones de perfección sonora que tuvimos durante todo el concierto se terminaran convirtiendo en una nota final mucho menos sobresaliente.