Es hasta entrañable lo de los conciertos en Ritmo y Compás los domingos. Estas en el bar de al lado tomándote tu Cruzcampo, con las habituales idas de olla de los camareros, y te aparece por detrás el promotor, «hombre, Ángel, mi niño», y bandas de Madrid y suecos, para tomarse la cena y una birras preconcierto. De repente te encuentras envuelto en un tumulto de gente conocida y de paso te llama el bajista de otro concierto para hablar de no se qué. Entras en la sala y estamos los de siempre y el técnico de sonido de siempre. Mejor rollete no se le puede pedir a un domingo. Por contra, los conciertos en domingo, no los ve el mundo, desde el punto de vista propio, ya que al día siguiente hay que trabajar y eso hace que sean habitualmente un fracaso de público. A pesar de contar el concierto con dos buenas bandas nacionales y con un pedazo banda como los Kongh, además presentando disco, «Shadows of the shapeless», pues no más de cuarenta personas acudimos al evento, incluyendo colegones de las bandas de Madrid.
Que si cerveza para mi, calamares para ti, al final y como ya es habitual, el concierto empezó tarde (otra cosa que ya es conocida por la gente y que también detrae público). Another Kind Of Death, son otra de las bandas habituales del circuito, curtidas en mil directos en Madrid. No es por echarles los perros a ellos y a los Louded, pero cuando vas mal de tiempo se me hizo excesivo el que emplearon en su concierto, no por nada, sino por lo que suele ocurrir indefectiblemente después. Es preferible acortar un poco el set para dejar tiempo a los últimos, cuando va a ser a los que menos oportunidades vas a tener de ver. A ellos, como gran banda de directo que son, les da igual actuar ante cuarenta o mil personas, y fueron a lo suyo, es decir, a montarla. Mario no paro de subir y bajar del escenario y de saltar y animar al público, pero yo personalmente casi que me quedo con la introducción instrumental al concierto, cercana al post metal.
Louded son una banda de Móstoles, a los que ya conocía de haberlos visto antes en un concierto por Getafe. Allí ya me causaron una buena impresión. Aquí me la confirmaron. A pesar de los problemas técnicos que padecieron, su mezcla de doom y metal sureño me llega especialmente bien. Buena voz gutural y buenos músicos, pero también, muy destacable el buen rollo que desprenden desde el escenario y más aún, frente a los apuntados problemas. Son una banda muy potente en el escenario, pero sobre todo, con unas ideas musicales muy claras y muy directas, que se suman a la pléyade de bandas madrileñas de metal de calidad, que están surgiendo en los últimos tiempos. Esperamos con ganas su primer disco, que están a punto de editar con el propio sello de Nooirax Producciones.
Los suecos Kongh barrieron con su post metal, mostrándose en muchos momentos como una banda muy técnica. Temas como «Adapt the void» o «Zihuanatejo» sonaron tremendos. En especial el protagonista fue el bateria, por doble partida. A la que se descuidaba se le desmontaba, pero también lo más destacable del concierto fue el espectacular solo que nos ofreció. Sonido impecable el que pudimos disfrutar los que fuimos y no queda otra que meterles envidia a los que prefirieron quedarse en casa y no gastarse los 8 euros que costaba ver a las tres bandas. Lo único malo fue que a la escasa media horita de empezar el concierto, terminó abruptamente cuando encendieron las luces de la sala, para mandarnos a casa.
Una pena que Kongh no pudieran extenderse más y una pena lo del público. Luego nos quejaremos de que muchos de nuestros grupos underground favoritos no se pasan por la capital. Simplemente, por ello, agradecer a promotores como Nooirax que se arriesguen a traer a este tipo de grupos, a precios tan asequibles, aunque sea sabido lo volátil que es el público madrileño ante este tipo de eventos.