Sana costumbre esta a la que nos ha hecho habituarnos el amigo Jon Spencer de tener que verle cada año en vivo. Lo hizo con Heavy Trash, con esa reunión fugaz de Boss Hog y ahora que su Blues Explosion ha decidido volver con todas las de la ley y con nuevo disco debajo del brazo no quedaba otra que volver a España. El año pasado estuvo en BBK Live en verano y en Madrid y Barcelona a principios de año, cosa que probablemente debemos agradecer a su esposa Cristina Martínez y su Campanario (Badajoz) natal, porque hay algo especial entre él y nosotros como ibéricos que no se explica fácilmente, como su directo.
Antes de otro recital de fuerza, sudor y rock and roll de Spencer apareció el torbellino de Tokyo Sex Destruction, unos veteranos que injustamente no han corrido la misma suerte que hemos visto en compañeros de generación en BCore a la hora de ir creciendo y creciento. A su gran líder y vocalista Rj Sinclair le da totalmente igual eso y al final vuelve a ser ese frontman total con sus bailes, sus movimientos con el cable de micro y su irreverencia en general. Ahora andan con Piti de Standstill como bajista, y una formación algo cambiada en los últimos años, pero la versatilidad y precisión de sus temas en vivo sigue siendo un seguro infalible que se mostró ideal para abrir un concierto como el que proponía Jon Spencer Blues Explosion.
En seguida aparecieron, ya con la sala casi llena y con un horario muy tempranero. El sonido de la sala But no es precisamente el mejor posible en cuanto a nitidez, pero respondió bien al ataque de distorsión cargada de graves que propone el trío neoyorquino. Su repertorio se alargó hasta casi la hora y media de concierto utilizando esas bazas habituales de fuerza, meneo de caderas al son del rock and roll y un impacto único con ese derroche de presencia que lleva consigo el bueno de Jon. Es cierto que todo esto ya lo habíamos visto antes y que con el paso de sus directos por aquí se va dando una dualidad entre la pérdida de factor sorpresa + ganancia de deja–vu por un lado y la sensación más absoluta de un directo que permanece infalible pese a ello.
El repertorio fue quizás un lastre debido a esas visitas recientes y continuadas, ya que se saltaron gran parte de su repertorio más querido, cosa que no hicieron en Joy Eslava el año pasado. Apenas hubo un «I Wanna Make It All Right» muy bien ejecutado del «ACME», se quedaron por el camino imprescindibles como «Bellbottoms», «Wail» y muchas otras que podrían pasar por ser sus temas más queridos. Por otro lado las canciones de su reciente «Meat and Bones» encajan a la perfección, y fueron bien celebradas «Black Mold», «Strange Baby» o «Get Your Pants Off» por ejemplo.
Estuvieron eso si «Sweat», «Greyhound», «Blues X Man» y «Full Grown» en el final de concierto calmaron los ánimos, aunque lo que nos sorprendió de manera sorprendente es ese «She’s On It» de Beastie Boys (no terminé de reconocerlo, pero creo que hubo tiempo de una versión de Black Flag) a modo de homenaje a su colega recientemente fallecido MCA. El continuo beat de Russell encontró aquí su mayor dimensión, aunque para ser justos el hombre se pasó todo el concierto llevando el ritmo del concierto. Sin él probablemente no podríamos estar hablando de ese derroche de habilidades escénicas de Jon, de como destrozó el theremin, de como clavaba la rodilla en cada tema y de como lucía esos pantalones de cuero plateados a sus casi cincuenta años.
Sin duda no fue el mejor concierto de Jon Spencer Blues Explosion, ni siquiera el mejor en España, pero creo que su núcleo cerrado de seguidores está dispuesto siempre a sufrir una nueva descarga de explosión blues de este trío que por más que pasa el tiempo sigue sin defraudar y sin fallar. ¿Cuando es el próximo?