/Crónicas///

Isis – Barakaldo (01/12/2009)

A. Turner, M. Gallagher, J. Caxide, A.Harris, C. Meyer
8.3
Rock Star Live, 1/4 de sala
Precio: 17/20 €

Hall Of The Dead
Hand Of The Host
Holy Tears
20 Minutes / 40 Years
Ghost Key
Wills Dissolve
Threshold Of Transformation

BISES
Carry
Celestial (The Tower)

A muchos, a mi el primero, nos parecía un suicidio traer a Isis a tocar en Bilbao entre semana en una sala tan grande y a desmano como la Rockstar Live barakaldesa. Por fortuna para nosotros como público, Wombat lo hizo posible y a posteriori podemos decir, no por experiencia propia pero si por la de otros que estuvieron en las citas de Madrid y Barcelona, que tuvimos en Bilbao el mejor concierto de su gira española. Ya ves tú, con lo poco que nos gusta a los bilbaínos fanfarronear.

El concierto de Bilbao estaba marcado por una alteración respecto a los otros dos que personalmente me entristecía un poco. El rapero ruidista Dälek no les acompañaba aquí, siendo sustituido por Circle, curiosa banda finlandesa que acompañaría a Isis en los venideros conciertos portugueses. No imaginabamos hasta que punto era «curioso» lo de esta banda.

Pese a venir de más lejos y ser algo más conocidos aquí (lo que viene a ser bastante poco conocidos), Keelhaul fueron los encargados de abrir fuego con su bastarda mezcla de rock mátemático, stoner, hardcore y metal, algo así como un choque bastante redneck entre Clutch y Dillinger Escape Plan. Se les ve grandes músicos en precisión e intensidad, su estilo lo requiere. Pero su sonido, ya de por si sucio, sonó demasiado enmarañado haciendo casi imposible distinguir los instrumentos. Recurrieron sobre todo a temas de su «Triumphant Return to Obscurity», disco que les ha devuelto a la actividad y con el que parece que, Hydra Head e Isis mediante, están alcanzando una mayor repercusión.

Después les tocaría el turno a Circle, a priori banda de rock progresivo con dejes sinfónicos, psicodelia y experimentaciones varias. Cuando vimos a su cantante y teclista salir a preparar el equipo con sus muñequeras y cinturón de pinchos a lo parodia exagerada del heavy metal debimos intuir que el cuarteto iba a sorprender. Y vaya si lo hizo, con un sonido heavy metal que rozaba el ridículo en un entorno como el que nos encontrábamos. No son prejuicios, el cantante fue el principal encargado de propiciar que su música no fuera muy tenida en serio con sus pintas de Freddy Mercury, sus coreografías de la Village People y curso de aerobic, sus épicas arengas en finés, etc. Teniendo en cuenta que su última referencia no tiene apenas nada que ver con lo que allí sonó y además está cantada íntegramente en inglés, no sabemos si se estaban quedando con nosotros o simplemente son así de iconoclastas. En todo caso dividieron al público entre quién se divertía con sus números heavies, quién se rayó completamente y… Aaron Turner que parecía flotar con el sonido de la banda (?). Sólo faltaron unos elfos.

Isis nos darían mucho tiempo para comentar la jugada hasta que salieron a escena, algo que por otra parte esperábamos de una banda tan técnica y que, viendo los resultados a nivel de sonido, pues agradecemos. En un clima bastante frío como es el que transmite su música comenzó la cosa con «Hall of the Dead» tal y como lo hace su último disco, aquel que como se temía y se sabía, acaparó la mitad del setlist. La cosa continúo así toda la primera parte exceptuando «Holy Tears» de In The Absence of Truth y una muy agradecida «Wills Dissolve» del ya lejano Panopticon, primer momento cumbre del concierto, al menos a nivel emocional ya que como digo el sonido fue impecable y Aaron Turner vocalmente cumplió, mejor en los guturales que en las voces limpias donde aún se le nota algo más acelerado.

Por suerte nos tenían preparados unos bises más jugosos, concretamente con «Carry», uno de los temas más insignes de su aclamado Oceanic y seguidamente punto y final con una mirada al pasado más inesperada, «Celestial (The Tower)» con sus obsesivos sintetizadores que de tan nítidos y dañinos que sonaban parecían descerrajarnos el cráneo. Estamos de acuerdo en que un setlist con tan sólo un par de incorporaciones más de Oceanic, por ser el disco que más fans tiene, habría rozado la perfección, pero también hay que entender la convicción de la banda porque su propia evolución es correcta. Por ello, lo deseable para todos sería que regresaran el próximo año y hacer un concierto en el que no haya un disco que lleve el mayor peso del repertorio. Aún así quedamos contentos y podemos decir que vimos parte de la magia de una de las bandas más grandes del metal de nuestros tiempos.

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1 de diciembre de 2009