La primera visita de The Gaslight Anthem a sala española venía precedida por su paso por el Palacio de los Deportes de Madrid ejerciendo de telonero de Foo Fighters. La banda defendió allí su cancionero más animado antes de que los chicos de Dave Grohl dieran un repaso de casi tres horas que disfrazaron a veces de rock y otras de la típica verbena de estadio. El Señor Grohl en mitad del show hablaba aun así de que lo suyo era el rock sin artificios y que iban a tocar el mayor número de canciones posibles, aunque luego se dedicase a corretear, a hacer parones en las canciones y a ejercer de showman impropio del rock and roll. Al día siguiente The Gaslight Anthem en su final de gira de presentación de «American Slang» dieron una lección de dos horas de lo que verdaderamente es hacer rock sin alardes. Que tomen nota Foo Fighters.
Brian Fallon no es un tío peligroso a pesar de los tatuajes, más bien es de esos músicos con los que te apetecería charlar un rato cerveza en mano y no pedirle un autográfo. El se lo pasa bien encima del escenario, y aunque es claramente el líder del grupo, no deja de ser un liderazgo honesto y de estar por casa. Como muestra de todo esto el concierto arrancó con la banda entrando a escena con el «Jungleland» de Springsteen, el gran ídolo de la banda, como homenaje póstumo al recientemente fallecido Clarence Clemons. Brian y sus chicos entraron contentos y felices, con ganas de comerse al público que no llenó Apolo pero que si mostró un fanatismo especial. «High Lonesome» fue un comienzo muy digno de lo que nos iba a esperar, puesto que con la excepción de «Casanova Baby!» cupieron todos y cada uno de los temas de su gran obra maestra «The `59 Sound». En los primeros compases de concierto, entre temas igual de celebrados como «Stay Lucky» de su último disco o «We Came To Dance» del primero, cayeron ya «Old White Lincoln», «Even Cowgirls Get The Blues» y la propia «The `59 Sound». Pero no sólo se propusieron arrancar ese disco al completo, también hicieron lo propio con el EP «Señor and the Queen» que los presentó en su día como un grupo de punk rock distinto a los patrones actuales. Quizás lo mejor de dicha interpretación nos llegó con la preciosa «Blue Jeans & White T-Shirts».
El concierto pronto se había convertido en un mar de sudor a medias creado por la contundencia (y buen sonido) del grupo de Nueva Jersey y por las temperaturas veraniegas de la Ciudad Condal. Para celebrarlo Brian se decidió saltar el setlist y meter tres temas claves de su repertorio que no estaban en el papel: «Bring It On» primero, la perfecta «Miles Davis and the Cool» y una muy celebrada «American Slang». La antesala perfecta al cierre de concierto con «The Backseat», vino del momento íntimo de «Here’s Looking at you Kid». Para este momento el concierto ya había tomado cariz de ser algo para el recuerdo, dejando de lado que las melodías creadas por Fallon van camino de calar en el colectivo independiente más de lo que nunca habríamos imaginado cuando los descubrimos. Tras veinte canciones y más de una hora larga de concierto, era el tiempo de un bis alargado y del que quitaron una de sus nuevas canciones a última hora.
«Meet Me By The River’s Edge» fue el comienzo del bis, seguida de una divertida «Say I Won’t (Recognize)» que pasó desapercibida para los seguidores de nuevo cuño. La sorpresa llegaba después a modo de homenaje con el «State of Love and Trust» de Pearl Jam en clave mucho más punkrockera. La multitud de camisetas de Pearl Jam de la sala lo celebraban con un enorme gusto. El blues de la ya añeja «The Navesink Blues» también pasó desapercibido, pero no el cierre con «Great Expectations». De nuevo, una sensación especial de ver como la gente coreaba las letras, incluso con pogos en las partes más aceleradas.
Sin duda, uno de los conciertos de todo el año. Pese a quién pese The Gaslight Anthem no necesitan inventar nada para encumbrarse con su idea de rock, aunque de momento sea en el mundillo más independiente. Crecen, y aunque no llenasen Apolo en su primera visita a sala, nos prometieron que volverían pronto. Sólo esperamos que de verdad vengan el año que viene, porque no les faltan canciones, actitud y sonido.