Faltaba quizás un grupo más para poder hacer un más cercano símil taurino, pero los cinco “espadas” dieron una buena tarde-noche de rock en el foso de la localidad malagueña.
Abrieron los gaditanos Bad-rriles con versiones castellanizadas a su manera, de clásicos del punk. Tocaron temas de The Clash, The Sex Pistols, Supersuckers, Rancid, AC/DC… en un concierto que no pasará a los anales de la música pero que fue muy resultón y divertido.
Viernes 13 nos ofrecieron un empalagoso, “chicloso” y ñoño pop-punk que nos puede recordar a los Killer Barbies, también con una exuberante chica al frente.
The Queers fueron la decepción de la noche, su ramoniano punk-rock melódico no gozó del buen sonido que debiera y eso unido a la tendencia de los grupos cortados por ese patrón, de acelerarlo todo al máximo, hizo que las grandes melodías que ellos saben hacer no salieran apenas a la luz. Una lástima.
Los alemanes The Montesas, impecablemente vestidos con camisa y corbata, con un sonido y una técnica musical a años luz de los predecesores en el escenario, ofrecieron al respetable su rock and roll clásico 50´s, con coros femeninos incluidos.
Y para terminar, lo que todo el mundo allí presente estaba esperando(había multitud de camisetas de The Ramones), Marky Ramone a la batería, acompañado de The Queers al bajo y a la guitarra, que cumplieron perfectamente su función y en el aspecto vocal, un cantante que imitaba al añorado Joey, tanto cantando, como estéticamente, como las poses. Los allí presentes esperábamos escuchar a The Ramones y nada más ver al cantante, estaba claro lo que nos iban a dar en los desgraciadamente pocos minutos en los que estuvieron, temazos de punk-rock como solo la legendaria banda de Nueva York sabían hacer.
Abrieron con la mítica Blizkrieg Bop (¿quién no la ha escuchado nunca?), para después desgranar temas como Beat on the Brat, Sheena is a punk rocker, I wanna be sedated, The KKK took my baby away, 53rd & 3rd… clásico tras clásico en un concierto apabullante y lleno de energía, que nos hizo recordar que aunque Joey, Johnny y Dee Dee ya no estén con nosotros, su música melódica y acelerada perdurará para siempre.
Lamentablemente, al terminar un tema y sin despedirse siquiera, la banda abandonó el escenario si dar ni un triste bis, en un gesto que hace que no termine uno con el sabor de boca adecuado, pero que no empaña el gran momento que pasamos en su gran, pero breve concierto.