/Crónicas///

Crystal Castles – Madrid (02/11/2010)

Ethan Kath y Alice Glass (Christopher Chartrand)
7.2
La Riviera, Casi llena
Precio: 20 / 23 €

Crystal Castles tenían que tocar ante unas 900 personas en la madrileña sala Heineken, pero al final terminaron haciéndolo ante unos 2000. Sorprende que esto ocurra, precisamente ante una propuesta festiva y con cierto enganche, pero lejos de la comercialidad y cerca del ruido.

El dúo debió dar uno de sus conciertos más voluminosos de la gira y eso se notó muchísimo en el ambiente que se respiraba en la sala. Al final la sala fue una charca de sudor y un aluvión de caras sonrientes, pero en realidad a nosotros nos pareció un show muy poco balanceado a lo largo de su cortísimo minutaje.

Y esto viene a cuento de que la primera mitad de concierto, con «Fainting Speels» y «Doe Deer» haciendo un sandwich a una gloriosa «Baptist» que ya contó con la alocada Alice surfeando por las cabezas de todos, fue un autentico tsunami sonoro. El sonido cargado de eco y poca nitidez de La Riviera encajó con el sonido del dúo, sobre todo ayudando con los graves a las ganas de fiesta.

Continuando con esa mitad de concierto de notable alto contamos con buenas versiones de «Crimewave», dónde de nuevo Alice demostró que sigue siendo una de las frontwoman más impactante, aún ni siquiera escuchar bien su voz. Aunque sin duda el momento algido fue cuando la propia cantante se decidió a volar y viajar por las cabezas de todos en pleno de una «Alice Practice» adrenalínica y acalorada. Perfecta versión.

A continuación el concierto se fue apagando, yendo de más («Black Panther» o «Celestica») a menos, sobre todo a raíz de «Untrust Us» momento en el que aparentemente la delgada cantante se lesionó el tobillo. El devenir del concierto hacía este tramo final pasó por una sucesión de temas descafeinados y carentes de gancho, que aún así eran celebrados gracias seguramente la inercia de un concierto que previamente fue épico.

Una pena de final para un concierto que iba para glorioso y terminó cayendo en un final muy aburrido y carente de garra. Eso si, un gustazo ver que un grupo como este se adueña ya de La Riviera.

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2 de noviembre de 2010