/Crónicas///

Ainara LeGardon – Bilbao (11/06/2010)

7.9
Cotton Club, Lleno
Precio: 6/8€

Es increíble lo poco que nos visita Ainara Legardon pese a sus vínculos con el País Vasco. Es cierto que la cantante tuvo una grave lesión de espalda previa al lanzamiento de su tercer disco que la retiró de los escenarios una temporada, pero aún así hacía años que no se la veía por aquí. Por fin venía para presentar sus nuevos temas de corte más folk y cada vez más intimistas.

Como telonero estaba Moby Dick, que ya nos ha dado muestras de su buen hacer en pasadas ocasiones. Con una voz a medio camino entre Eddie Veder y Eugene Edwards (Woven Hand), rasgada, con fuerza y cierta penumbra, sabe encandilar al público gracias a temas propios y reconocidas versiones adaptadas a su estilo. Esta vez cayeron «Venus In Furs» de la Velvet y «Green Machine» de Kyuss, dejando para el final otra traca con «Mercy Seat» de Nick Cave, una «Black» de Pearl Jam (que le viene como anillo al dedo) y el momento divertido con «Ooops, I did it again» de Britney Spears. Probablemente el momento del concierto, cuando saltó el ampli y la cosa se convirtió por un momento en unplugged puro y duro.

Después Ainara Legardon, también sola, sin acompañamiento rítmico de ningún tipo salió a interpretar sus canciones, sólo que de pie, a diferencia de su compañero. Tal vez el no tener batería nos privara de temas privilegiados como la demandada «Each Day a Lie», pero eso no le impidió comenzar con uno de sus temas más antiguos, «In The Mirror». Pero por lo general se echaron en falta muchos temas en el setlist, la mayoría del segundo disco y el concierto podría haberse extendido un poco más.

No es una queja más que a medias, porque ella volvió a conquistar con su buen hacer, si bien hay que reconocer que Cotton Club se quedó pequeño para su concierto. No porque no entrásemos, si bien estaba bastante lleno. Más bien porque el local es ideal para acústicos en clima íntimo y el ruido generado por el público interfería demasiado en dicho clima. Las diferencias con la ocasión en que la cantautora tocó en toda una Bilborrock, gratis y en plenas fiestas eran muy grandes y mira que aquellas circunstancias incitaban más al tono festivo.

Este bullicio tuvo su cara buena también, claro. El concierto fue festivo y animado, se vio a la cantante claramente emocionada por encontrarse por sorpresa con familias y amigos entre la audiencia. E incluso contó con los improvisados coros de compañeros de Audience desde el público, algunos de los cuales han grabado y tocado como banda de apoyo de la cantante. Tal vez por ello también canciones de agradecimiento del nuevo disco como «I Won’t Forget» sonaron especialmente emotivas. Los escalofriantes temas del último disco contaron con bastante representación pero también cayeron nuevos, alguno bastante guitarrero que sonaron muy bien incluso teniendo que lidiar con el limitador de la sala.

Esperamos volver a verla a no mucho tardar y si puede ser con acompañamiento rítmico y con un ambiente más sosegado, mejor.

 

Contenido relacionado

11 de junio de 2010