Zoo firmaron hace unos tres años uno de los discos más prometedores del rock alternativo nacional en los últimos años. Llovía un poco sobre mojado al ser el trío parte de los muy queridos, seguramente incluso sobredimensionados a posteriori, Nuevenoventaicinco. Algunos se aferraron a aquello, para otros su carrera se revalorizaba. Pues bien, esta vez, sin siquiera cambio de nombre de por medio la banda da volantazo y regresión hacia un sonido más básico, hacia un pop-rock más clásico.
En este cambio, se pierden importantes dosis de rabia, principalmente por un atípico cambio de formación. Con la incorporación de un nuevo batería, el que cubría esta tarea, Borja, pasa a llevar la mitad de la voz cantante y sin entrar en otras consideraciones, desde luego es menos personal que la de Daniel. Este abrupto salto vocal queda en evidencia en los dos primeros cortes. El primero, con la nueva voz se acerca en exceso al sonido de Fito Cabrales, parecido alentado también por la instrumentación utilizada, sintetizadores aparte. «Todo el Mundo», es más fiel en sonido a sus inicios, pero menos en el apartado lírico.
Hasta cierto punto entendemos que desde los tiempos de Nuevenoventaicinco, las letras de cariz revolucionario (sea a nivel social o personal) se vayan diluyendo, pero aquí si bien se mantiene esa temática hasta cierto punto, parece sacrificarse en función de una mayor perfección pop y mayor frivolidad, aunque precisamente ese tema sea tratado con ironía en «Super Star». Desde luego de una banda que ha colaborado con estrellas (estrelladas) del pop patrio como La China Patino, no puede tomarse la broma en serio.
Y es que claro, el disco queda un poco en ese terreno de nadie y resulta obvio que para algunos los pequeños arrebatos de rabia que son «Campo del Príncipe» y sobre todo la hace meses adelantada «En Tu Cenicero», deberían marcar la pauta de un disco en general mucho más flojo. Y que no se entienda mal, no se trata de echar de menos el ruido, sino la estimulación. La balada «Días Grises» con escalada progresiva por ejemplo se lleva la mejor nota, un futuro himno sin duda.
En definitiva, «Propaganda» está llamado a marcar un punto de inflexión al menos en el público que sigue a Zoo. Pero como no sabemos cual es el plan maestro de la banda no podemos juzgar si a partir de ahora la carrera de una formación que gusta tanto de experimentar va a ir por estos derroteros. Habrá ganancias, habrá pérdidas y el balance final está por ver, pero desde luego, su nueva órbita es mucho menos interesante aunque seguro que oiremos hablar de ellos mucho más.
