Es curioso el mundo del indie. Cualquier movimiento en falso puede hacerte pasar de ser lo más de lo más a que te lluevan acusaciones de todo tipo. Y lo peor de todo es que igual lo que esta año vale, el siguiente no o viceversa. Por eso quieras que no, cuando una banda hace lo que Yeasayer, es decir, suceder a un disco que contó con los parabienes de la crítica con un producto mucho más apto para todos los públicos, se la está jugando.
En «Odd Blood» permanecen algunos de los elementos de «All Hour Cymbals», la voz ochentera y las percusiones desatadas, pero abandona gran parte de su cariz étnico, para acercarse sin rubor al pop más ochentero (ya no se trata sólo de la voz) y mezclarlo con los tan actuales sonidos psicodelia de los que Animal Collective son referencia. Porque si, hay temas puramente experimentales como «The Children», pero los verdaderos protagonistas son los singles que los hay y muy buenos.
Ahí tenemos «Ambling Alp», con una percusión irresistible, un estribillo de lo más placentero y toques de funk con falsete incluido. Si la cosa es juzgar si esto es indie yo diría que no. ¿Una de las canciones del año? Eso sin lugar a dudas. Poco menos se puede decir de la más electrónica, «collectiva» y bailable «O.N.E.» sobrecargada de efectos y sintetizadores que sugieren colorido del modo más caleidoscópico posible. Seguramente la que cierra esta triada absolutamente radio-friendly es «I Remember» o la balada perdida en algún cajón del escritorio maestro de Depeche Mode. Ingravidez pop que maravilla.
El resto del disco realmente se ve fuertemente eclipsado por estos hits, pero el tono surf de «Madder Red» o los toques exóticos que en este disco quedan confinados a la psicodelia orientalista de «Strange Reunions» se mantienen a buena altura. Más floja es la mutación de world music, synth-pop y pop-funk de «Love Me Girl», mientras que «Rome» y «Mondegreen» juegan a lo fácil con la velocidad y la diversión en forma de boogie-rock psicodélico, canciones que parecen diseñadas para insuflar fiesta a su directo.
En definitiva, parece que Yeasayer se ven en la encrucijada entre sus inicios más experimentales y la descubierta pasión por los hits de fácil escucha para todo el mundo pero que a otros pueden resultar estridentes e incluso horteras. Y es que aunque jugar a ambas bandas puede que les deje en una posición favorable a nivel comercial, seguro que no lo hace a nivel artístico. Personalmente no puedo afirmar que «Odd Blood» sea un gran disco, pero que cuenta con algunos de los singles del año, eso lo puedo firmar con sangre de la normal y corriente.