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Weatherday – Hornet Disaster

weatherday hornet disaster
Topshelf, 2025
Productor: Weatherday
Banda: Sputnik

Géneros: , , ,

7.7

«Hornet Disaster» es el segundo largo de Weatherday y si no sabes quién es Weatherday bien merece la pena una intro informativa. Weatherday es uno de los alias del sueco Sputnik (obviamente otro alias), uno de esos genios que hacen música en la soledad de su habitación sin necesidad de una banda. No, no es algo nuevo el bedroom pop. Solo que las reglas han cambiado radicalmente para este tipo de proyectos. En su momento unos raritos, fenómenos como Parannoul o Asian Glow (con quien Sputnik tiene un EP, «Weatherglow») han sabido explotar el culto online y acabar infiltrándose entre los lanzamientos más destacados del año en un momento de irrelevancia de los sellos discográficos y en el que plataformas como RYM llenan el hueco de influencia que publicaciones como Pitchfork hace años perdieron.

Weatherday es, por tanto un artista signo de los tiempos. Marca muchos de los tics del llamado zoomergaze, obviamente la integración de shoegaze y emo, pero también las temáticas LGTBIQ+ (el propio artista se declara no binario), la esquiva presencia promocional, el culto estético al manga y el anime, etc. Sería fácil (y boomer) intentar desactivar su resonancia en base a esta suma de elementos posmodernos, pero lo cierto es que aquí hay muy buenas canciones. De hecho, demasiadas.

Y es que frente al mucho más disperso debut «Come In», «Hornet Disaster» es una apuesta de doble o nada. Más disonancia, más violencia, más drama y más duración. También mejores melodías, un sonido más cohesivo alrededor del rock alternativo de guitarras fuertes (piensa en Sunny Day Real Estate, Weezer, Lemonheads y Car Seat Headrest con la distorsión al tope) y canciones más redondas aunque jueguen a parecer bocetos.

La lista de grandes temas es larga. El disco comienza como un tiro con la propia «Hornet Disaster», que ya sienta el patrón de lo que vamos a escuchar: una suerte de indie punk-rock repleto de melodías enguarradas, baterías digitales podridas y en definitiva, canciones que se retuercen entre giros dramáticos y mueren apenas nacen. Una atípica mezcolanza entre un gran olfato compositivo y un desdén hacia las formas tradicionales del pop-rock. ¿Influencias? Muchas

A poco de comenzar el disco nos salta la urgencia lofi punk de «Angel» con un brillante riff como de midwest emo. Un tema bastante completo y que no llega a los 2 minutos que me gustaría decir que tiene un memorable estribillo pero ¿se le puede llamar estribillo a algo que solo suena una vez? Y es que la capacidad de Weatherday para engarzar diferentes ganchos en una canción y descartar la baza de la repetición, es algo que descoloca a la par que impresiona. «Radar Ballet» es otro de los puntos álgidos al comenzar como un cruce de Cap n Jazz y Dinosaur Jr. y atravesar por una fase lounge y otra de math-emo sin despeinarse. No le va a la zaga «Blood Online» indie-rock optimista y con garra merced a un riff triunfal.

Probablemente pienses que un disco de 19 canciones se va a desinflar hacia el final. No solo no lo hace sino que la segunda parte cuenta con la sucesión de canciones más excitante. Concretamente hablo de «Cooperative Calligraphy», que suena a Neutral Milk Hotel atropellados y haciendo punk-rock; «Ripped Apart By Hands», una muy bonita balada emo con voz femenina y hermosos a la par que juguetones arreglos; y «Nostalgia Drive Avatar» un frankenstein de 8 minutos que puede recordar a Car Seat Headrest, los Weezer (del Pinkerton, obvio) o al mismo Parannoul. No lejos anda la descarnada «Tiara» con el gracejo de un Jeff Mangum que cantara en Algernon Cadwallader.

La cantidad de influencias que Weatherday maneja dentro del rock alternativo, desde el folk lofi hasta el indie-rock, el shoegaze, el emo, el grunge o incluso el math-rock es apabullante. El problema es que lo refleja en un montón de canciones de tono muy parecido, haciendo tortuosa una escucha que por otro lado está llena de momentos memorables que se canibalizan entre sí. Aunque tampoco hay que llevarse a engaño, el exceso es un pecado en el disco, pero no hay canciones claramente sobrantes sino simplemente, mucho material.

El disco termina con un número electro «Heaven Smile» que parece ser su particular homenaje a The Knife, pero desconcierta y claramente sobraba en un disco en que la electrónica no había sido protagonista nunca. Si hablamos de innovar, mucho mejor «Pulka», una especie de folk-punk interpretado en sueco que podría ser una muestra de lo mucho más excitante que puede sonar este sonido 100% americano si se lleva a otra fonética más fresca a nuestros oídos.

«Hornet Disaster» es bastante más que el disco de un fenómeno de Internet y si bien no alcanzará las cotas de reconocimiento mainstream de Parannoul, seguramente una obra que quedará para el culto de las nuevas generaciones adictas a lo que ahora llaman slacker rock y el emo de quinta ola, que las sigue habiendo.

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19 de abril de 2025