Hacer la reseña con mucho tiempo y escuchas de por medio no siempre funciona de manera positiva para la nota final. A veces el disco cae en saco roto, pero otras las escuchas van sacando poco a poco todos los matices y regalos que esconde. «Contra» de Vampire Weekend sin duda está entre ese reducido grupo que entraría en el segundo caso.
El hype de estos cuatro chicos pijales de Nueva York se explicaría de manera sencilla si nos quedamos con la capa externa que usa el tropicalismo y la música africana para aportar novedades al ya manido indie norteamericano. Su debut supo sonar de un modo único e inexcusablemente inmediato, pero en «Contra» hay mucho más. Hay ganas de querer evolucionar, de querer sorprender y de no querer estancarse, algo que no siempre podemos ver en una banda de sus características. A pesar de ello ahí están los temas continuistas del disco como «Holiday» y «Cousins», hits inmediatos en potencia que probablemente sea en lo primero que entremos.
Aunque la toma de contacto con este disco fue la inicial «Horchata», que ya dejaba ver los caminos que iban afrontando las composiciones de Ezra Koenig y Rostam Batmanglij hacía terrenos mucho más electrónicos y diversos que en su debut. ¿Sobre el tema en si mismo? Un sensacional canto a los amores veraniegos con un trasfondo de calipso, que está entre lo mejor del disco. Con estas premisas del todo vale y de la reinvención fiel a sus ya de por si exitosos principios nos metemos en un cúmulo de ideas nada fácil de sintetizar en 10 temas: guiños de tintes comerciales como «Giving Up The Gun» no consigue enganchar, la fluidez de silabas y ritmos casi imposibles de «California English» sale victoriosa, un manto de sintetizadores extraordinario viste «White Sky» de imprescindible, la personal manera de cantar de Ezra en «Run» la tiñe de inmediatez absoluta y un par de atrevidas piezas lentas como «Taxi Cab» (la cara) y «I Think Ur A Contra» (la cruz) funcionan de manera variable.
Para el final quizás haya que destacar un tema a priori inmediato como «Diplomat’s Son» que se termina quedando como el epílogo perfecto del disco. Partiendo de algún camino entre electro, dancehall, música africana, piano, sintetizadores, violines y samples del «Hussel» M.I.A. dejan en segundo plano las historias de habitaciones extrañas con cierto trasfondo homosexual que cuenta la canción (nótese que su autor, Rostam, salió del armario al poco tiempo de la publicación de «Contra»), para terminar resumiendo perfectamente con lo que hace grande a este disco: ritmo, melodias, valentía y una combinación perfecta de electrónica y elementos vivos. Renovar el hype o morir.