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Unicornibot – Hare Krishna

Unicornibot - Hare Krishna portada
Autoeditado, 2010
Productor: Javier Ortiz

Géneros: , , , ,

7.9

Del post-hardcore al noise se balancea la propuesta de Unicornibot, un nuevo grupo que alinear en la cada vez más numerosa escena ruidista y experimental del underground nacional. Estos gallegos recogen las influencias del rock instrumental más arisco para deleite de los oídos dispuestos a este tipo de disgresiones de lo que viene a ser la normalidad de estructuras y melodías.

La cosa comienza con la tensión de leves aires orientalistas de «SuperMarioCesar» con sus explosivos golpes de batería. Demuestran desde el principio que lo suyo es experimentar pero no marear la perdiz, yendo directos al rock incisivo al estilo Shellac (masterizado por Bob Weston por si quedaban dudas), por poner un ejemplo. Si que tienen una parte importante de rock progresivo, pero este se suscribe a parámetros del noise como en Don Caballero o por qué no decirlo, Jardín de la Croix. Aunque si hay un grupo nacional que podríamos citar como referente los recién disueltos y ya añorados The Joe K Plan serían la clave (revisar título del primer corte para más señas).

Si «La segunda es la tercera», «La tercera es la segunda» y en ambos casos dan muestra de un rock instrumental estimulante, palpitante y a toda máquina, con las válvulas chirriando. Y si el math-rock es sumar riffs desquiciados y ritmos paranoides para formar texturas alienantes, pues otra etiqueta más que sumar al asunto. Eso si, la concisión es carta de presentación de un disco de apenas 26 minutos, cuyas canciones cuentan con duraciones estándar de dos a tres minutos que a menudo se pierden en hipnóticas secuencias de ruido psicodélico (bien titulada esa «Tinoni») y otras incluso les sobra para hacer dos canciones en una (la progresiva «Timbalada» quiebra en el ecuador).

Lo que viene a ser la cara B no decepciona ni en precisión ni en pulso psicodélico y cuando el disco toque a su fin descubriremos que las canciones no importan, ya que la banda nos ha envuelto en su anguloso y escurridizo sonido. Última parada de la ruta del ruido pontevedrés, «Acoples» con sus maneras jazz y la confirmación de una nueva banda que sumar a los cada vez más militantes de la diversión ruidística en nuestro país, léase Rosvita, Za!, Picore, Margarita, Reznik, etc.

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1 de enero de 2010