Title Fight fijan su vista en Jawbreaker y de ahí, conscientemente o no, se meten a lo más punk del rock alternativo y a lo más ruidoso del emo. Pese a ello, se consideran una banda hardcore, es entre los más jóvenes y los pogos donde se han curtido y no se les puede negar una energía y urgencia que vienen de aquel género. Title Fight son esa banda de chavales que, guiñando al libro de Michael Azerrad podría ser tu vida si te encuentras en tu más tierna juventud. Para los más creciditos, supone la agradable confirmación de que hay jóvenes bandas haciendo lo mismo que otras que conociste hace dos décadas y que no resulta anacrónico para nadie.
«Floral Green», algo más variado y rockero que «Shed», debería ser la confirmación para estos cuatro chavales que ha confiado en un muy apropiado Walter Schreifels para redondear con melodías toda esa abrasión juvenil que llevan dentro. Rock alternativo de riffs oscuros y expelido con rabia punk como «Numb, But I Still Feel It». Si hay algo decisivo en que lo suyo pase de punk-rock ramplón, aparte de esa entrega vocal tan radical (ambos cantantes cultivan por lo general el grito arenoso y pasional), es la densidad guitarrera y las diferentes capas de ruido que ensamblan en temas como «Leaf» donde efectivamente, suenan a versión cafre de Rival Schools.
También claro, la sensibilidad, por ejemplo del quejicoso tono de «Like a Ritual», uno de los mejores temas del disco que nos recuerda a los Sunny Day Real Estate embrutecidos, con ecos a su vez del gran impacto que tuvieron los Smiths en la escena hardcore. Forma la más súblime parte del disco (los cortes 4,5 y 6) que además muestra los contrastes de la banda. Hiperagresiva y ruidosa, «Secret Society» es el tipo de punk-rock melódico y asqueado que en los 90 quería romper con todo. Seguramente la industria esté tan segmentada que ya ningún grupo volverá a hacer creer a medio mundo en el rock, pero hits como este lo valdrían. Su magnífica sucesión con la ambiental «Head In The Ceiling Fan» y sus brisas de post-hardcore y shoegaze nos terminan por hacer creer que estamos ante un grupo grande.
Es obvio que el mayor pico ha pasado, pero aún nos quedarán temas tan memorables como las vetas de emo sudoroso de «Frown», ese curioso llevar a su terreno aires de garaje de «Calloused» con coros power-poperos incluidos o la inusitada calidez de «Lefty» y la dulzura atmosférica de «In-Between». Estas últimas se acercan a las coordenadas de Failure y en definitiva, se salen de su registro inicial más hardcore para adentrarse definitivamente en el sonido del rock alternativo noventero.
Poco más hay que decir de este arrebatador segundo disco de los muchachos de Pennsylvania. Que las escenas no te confundan, si te gusta el rock de Jawbreaker, Nirvana, Rival Schools, Hell is For Heroes, Failure o Deftones, te gustará «Floral Green».
