Tentudía es uno de esos grupos formados por gente de una misma escena que hace cosas diferentes. Uno de esos proyectos que denotan pasión por la música al margen de géneros y otras limitaciones y que, en cambio, apuesta por la exploración. En el caso de este debut, los sevillanos navegan por las aguas del post-rock, el slowcore y el ruido en un viaje lleno de amargura pero también con algunas luces.
Así, melancólica pero luminosa, inaugura el disco «Marshland». Marcada por el hipnótico patrón instrumental de un teclado en clave de metalófono, avanza hacia el riff crujiente, las atmósferas droneantes y finalmente un diabólico empuje ritual que les acerca al metal. «LAX» es el suspense, abraza el rock y el post-hardcore más ruidoso como si de una banda sonora se tratase al tremendo son de bombo y riff disonante. Tras el asco y la repulsa que supura ésta, «Little Keys» arranca en la lentitud más desolada a golpe de tecla para arroparse de gruesos riffs. Es una oleada emocional y básica en su fondo, pero arropada de cierta exquisitez musical casi progresiva.
La ondulación es patente a lo largo del disco desde la calma a la tormenta, aunque no sea en una forma previsible. Así, «Antes que Estalle» nos lleva al recogimiento hipnótico para hacer de la sacudida siguiente algo más salvaje. Y es que en «Arrache-coeur» ponen toda la artillería pesada creando un tema chirriante y denso, con aires tribales y de nuevo llevando la gravedad cinematográfica al math-rock.
De similar forma, «Herbie» nos psicodeliza hermanando fuzz y noise dando paso a un apocalíptico punto final. Un droneante mantra de mal rollo y un patrón casi funerario nos van introduciendo en el «#DOLOR» del que es pastor Marco Serrato (Orthodox), uno de varios colaboradores en el disco. Diez minutos de pura tensión sostenida y agotadora que termina en un clímax de ruido grandilocuente muy al gusto de los tiempos actuales de Michael Gira.
Y es que hay veces que las hojas de prensa se ajustan a la realidad. En la suya, Knockturne Records habla de Swans, Slint, Rodan, Codeine o Earth. Tentudía no mantienen ninguna de esas influencias a lo largo de todo el disco, pero sí que van explorando los nexos entre ellas formando un todo de música experimental. A veces nos recuerdan a Lisabö, pero mientras los irundarras hacen todo lo posible por crear discos obsesivos dentro de un sonido, los sevillanos juegan a abarcar más, rozando géneros.