Ya desde su nombre, el de sus canciones y su artwork, se intuye que el space-rock es un género en torno al cual la música de Stellardrive debe necesariamente girar. Cuando comienza el disco con una transmisión de nave espacial y arrancan esas lentas y melancólicas notas instrumentales, salimos de toda duda, si bien nos sirve para concretar. Space-rock más proclive a quedarse en el lado del post-rock con tensión eléctrica de Mogwai que en las locuras del hard-rock progresivo o los devaneos psicodélicos. Y es que en cuanto todo se agita, la comparación con los de Glasgow resulta clara, aunque no es que los escoceses tengan pocos pupilos hoy en día.
Logicamente las influencias de la banda incluyen también a Explosions in the Sky, GY!BE, Pelican, Isis, Mono, Sigur Ros, Red Sparowes, 65 days of static y como no, Pink Floyd. El segundo corte, «What Everyone Can See Through the Window» se desmarca con un aire dinámico más optimista y proclive al rock alternativo que va derivando hacia un final protagonizado por las ráfagas de batería y la distorsión. Un interludio lleva a «Inlandsix», en la que ya figuran algunas escaladas guitarreras más próximas al rock progresivo y riffs más proclives al metal de unos Pelican.
Lo curioso de este «Omega Point» es que, la fórmula que engloba {ER1+ERS2] no es una paranoia cientifista más. Lo que indica es que el disco no es sino un recopilatorio de los dos EPs editados por la banda en 2005 y 2006 respectivamente. Hay que decir que para estar mezcladas las canciones y pertenecer a diferentes sesiones y estudios, encajan a la perfección y seguro que no nos hubiéramos enterado de no indicarlo.
Pero no se puede decir que hagan siempre lo mismo, como demuestra la deliberádamente progresiva «Turbulences (A Nice Day To See All The Damages Done)» jugando con esos ambientes espaciales, volátiles y casi jazzísticos y finalmente con ambientes metálicos más clásicos y oscuros. La segunda parte de estas turbulencias, nos recuerda a Cult of Luna por sus efectos sonoros, pequeñas explosiones rítmicas y ruido blanco de fondo, también muy en la línea de 65DaysOfStatic, mezclándolo con teclados y sonidos casi orquestales. Y es que la formación de la banda es atípica, con peculiaridades como 3 guitarras o el uso de clarinete.
Dos remixes (no penséis en discotecas ni nada parecido) de la linea de piano del corte que abría el disco, sirven para finalizar el disco. Puede que la escena esté saturada de grupos de post-rock y que la tendencia instrumental empiece a ser cualquier cosa menos algo por lo que destaque una banda. Stellardrive no pretenden desmarcarse de las comparaciones con todas sus reconocidas influencias y esa honestidad les hace ganar puntos. Si se te atraganta «The Hawk is Howling», prueba con «Omega Point».