Stearica son un trío de Turin dedicado al rock instrumental menos acomodaticio. Ese que no se ciñe a los crescendos sino que busca tejer una dinámica que mantenga el interés en cada parte, algo así como una banda sonora en esteroides. Con «Oltre» ya aparecieron como una propuesta destacable en un universo sobresaturado, pero es con este «Fertile» con el que logran huir de la dispersión para ofrecer una experiencia mucho más inmersiva e intensa.
«Fertile» comienza como una lucha en la que hay que entregarse desde el comienzo. Rocosos y cabezones riffs abren «Delta» y, aunque el tema está lleno de volátiles adornos típicos del post-rock, ni reverb ni sintetizadores atenúan un ápice de la pegada de los italianos. Tampoco darán tregua los chirriantes matices orquestales que van emergiendo lentamente entre la percusiva tensión directa de «Halite». Cabe mencionar que la inspiración principal del disco son las protestas de los indignados en Barcelona, de las que fueron testigos en 2011 al actuar en el Primavera Sound. Según la banda, esa chispa inicial se vio alimentada con las revueltas de la primavera árabe. No es raro pues, que en «Bes» escuchemos las sirenas aproximándose.
Pongamos las cosas en su sitio, Stearica continúan bebiendo de fuentes como el space-rock, el math-rock, el kraut-rock y demás géneros experimentales que les han valido codearse con clásicos de la música más volada como Acid Mothers Temple o Damo Suzuki. Amigos y reconocimiento en la escena no les faltan y los han sabido aprovechar para combatir la dispersión que afecta de muerte a muchos discos de rock instrumental. Así, la presencia vocal de Ryan Patterson de Coliseum, rompe de forma genial expresando la rabia en sonoridades cercanas a Neurosis en «Nur». En clave muy distinta, Scott McCloud de Girls Against Boys pone sus susurros al servicio de la delicada e inquietante «Amreeka».
El disco podría haber terminado tranquilamente con el tema citado, pero se guardan un arma épica para el dilatado cierre de casi 12 minutos de «Sah Mat». Se trata del solicitado saxofón de Colin Stetson, todo un referente ya del uso más creativo de este instrumento de viento en el pop contemporáneo. Su juego entre la armonía y la disonancia tiene un importante rol en una turbulenta despedida que denota destrucción y esperanza a partes iguales.
«Fertile» es un disco grave, de impacto y refleja el sonido de una banda instrumental que trata de conjugar su libertad expresiva con la rabia de las calles. Ésta última es, al fin y al cabo un caldo de cultivo apropiado para la expresión artística. A lo largo de su escucha no podremos evitar pensar en otras bandas de post-rock aquí y allá, pero hay veces que el concepto lo es todo y Stearica han sabido adaptar bien la convulsión de nuestros tiempos a su propia y vibrante identidad musical.