Hay gente infatigable en este negocio de la música. Sonic Trash son una de esas bandas que siempre han estado ahí. Vale, este es oficialmente su debut pero de los polvos de Ya Te Digo vienen estos lodos y si bien su alineación ha cambiado, ese corazón art-rock que ha ido combinando lo indie, lo garagero, lo punk, etc. a lo largo de los años sigue latiendo y echando humo. Y si pasos previos nos dejaron algo más a medias, la banda ha sabido adaptarse a esta nueva condición bilingüe y cada vez más versátil sin perder un ápice de autenticidad.
La carrera de Sonic Trash ha estado en los últimos años muy ligada a la Velvet Underground a través del ciclo de conciertos Izar & Star y todos esos contemporáneos. Tanto los de Lou Reed como los Stooges son referencias clásicas aplicables a varios de los cortes de «Hey Chica!!!», siendo un caso notable la psicodelia melódica de «Electroidea». Son estos temas espaciosos y limpios los que más sorprenden de una tradición que casi siempre estuvo entregada a interminables espirales de electricidad. La emotiva «Ashes», con orquestaciones incluidas, es en este sentido un muy sorprendente ecuador del disco.
Pero su abanico de influencias es algo compacto y complicado de diseccionar dentro del amplio universo rock. En las vetas psicodélicas de «Hey Chica!!!» escuchamos el brillo de Jane’s Addiction. Contrasta con el rock n roll inquieto de «Roller Jack» en el que cabe tanto lo más clásico del género como los aires renovadores de Fugazi -imposible pasar por alto esa línea de bajo- o Sonic Youth. Y es que los 90 y últimos 80 siguen marcando la música de Sonic Trash, por ello no es de extrañar que hayan decidido plasmar el disco con Santi García, una de las mejores opciones posibles con un resultado a la vista de bueno.
En cuanto al castellano tenemos temas tan efectivos como el adictivo garaje de «Cabronazo» que cultiva de algún modo esas mismos torbellinos eléctricos y voces sinuosas que nos atrapaban en los tiempos de YTD. Hablamos de esas tesituras a lo Afghan Whigs que casi siempre acompaña, con rasgadas voces y una pose rockera y chulesca («El Provisional») que no choca con las ganas de hacer explotar sus límites. También en esa onda atropellada y con la disonancia de Girls Against Boys va «La Balada del Loco Hono» que para nada es una balada. Parecidos ingredientes hacen destacar a la adictiva «Nelandertal» con la ayuda de la voz de Cristina de El Columpio Asesino.
Se valore tanto como un debut o como la recogida de frutos de una amplísima trayectoria, Sonic Trash facturan un disco de palpitante rock n’ roll alternativo con un gran equilibrio entre crudeza y matices melódicos.