/Reseñas///

Smashing Pumpkins – Adore

Smashing Pumpkins - Adore portada
Virgin/Hut, 1998
Productor: Billy Flemion, Jimmy Flemion, Brad Wood
Banda: Billy Corgan, James Iha, D´arcy

Géneros:

7.5

Tras el éxito logrado con su anterior álbum Mellon Collie and the Infinite Sadness, los seguidores de esta banda de Chicago, (entre los cuales me incluyo) no sabíamos muy bien con que iban a salir esta vez los Pumpkins, para superarlo. Desde 1995 hasta 1998 en que salió a la venta Adore se veían venir los cambios: ciertos guiños a la música electrónica en la caja de singles del “Mellon Collie…” (The Aeroplane Flies High); y más tarde en la colaboración en la BSO de Batman y Robin con el tema The End is The Begining is The End.

Cuando por fin salió a la venta el disco en cuestión hubo sorpresas; muchos de los que seguíamos de cerca la trayectoria de los Pumpkins, sufrimos una decepción al ver que las guitarras habían cedido gran parte de su protagonismo habitual a los teclados y los arreglos orquestales. El disco sufrió el rechazo y las críticas de muchos. Por otra parte hubo gente que conoció al grupo justo cuando salió Adore, y al no haber reproches por su pasado la acogida fue muy favorable.

Yo personalmente me sitúo entre los primeros, y a pesar de que el disco no era lo que yo esperaba tengo que reconocer que se merece una segunda, e incluso una tercera oportunidad, pues conserva la esencia de las composiciones de siempre, es ese sonido que hace que cuando escuchas una canción suya te des cuenta de que es de Smashing Pumpkins, antes incluso de que Billy Corgan haya abierto la boca.
Así, entrando de lleno en el análisis de las canciones, el disco abre con una emotiva pieza acústica To Sheila, para dar paso al primer single Ava Adore, una de las canciones más interesantes del álbum, con su potente ritmo marcado por el bajo y con la tensa atmósfera de amor-odio que destila su letra (…you´ll always be my whore cause you´re the one that I adore…). El siguiente corte Perfect, segundo single, es también muy rítmico, en la línea de canciones agridulces y nostálgicas típicas de los Pumpkins, que abundan en este disco, y en el posterior Machina. Otras por el estilo son The Tale of Dusty and Pistol Pete o Once Upon a Time.

Hay canciones que merecen especial mención como Pug con su oscura escala rítmica, sus crescendos, y su estridente final; o la evocadora Behold! The Night Mare. A pesar de ello, no todo van a ser flores, y también hay momentos en que se aprecia un exceso de grandilocuencia con tantos arreglos orquestales y tanta tragedia, en canciones como Tear o Daphne Descends.

El disco en general peca por exceso de piezas acústicas y melancólicas que pueden dar la impresión de repetitivo (For Martha, Annie Dog, Shame, Blank Page). Sin embargo, yo lo encuentro recomendable, tanto para quienes no conocen a Smashing Pumpkins, como para aquellos que les conocen y disfrutan con su lado más tranquilo y melódico.

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1 de enero de 1998
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