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Slipknot – All Hope Is Gone

Slipknot - All Hope Is Gone portada
Roadrunner, 2008
Productor: Dave Fortman
Banda: C. Taylor, M. Thompson, J. Root, P. Grey, J. Jordison...

Géneros: ,

4.5

Muchas veces los grupos dicen que vuelven con su mierda más heavy. Pues bien, Slipknot esta vez además de prometerlo lo han hecho de veras. Escaladas thrasheras, solos virtuosos, melodías épicas, en fin, ¿que queda de quienes nos sorprendieran con «Spit It Out» o «Eyeless»? Ni siquiera las máscaras, que se las han vuelto a cambiar para la ocasión.

Tras la ruidosa intro de «.Execute.» comienza la cosa con «Gematria (The Killing Name)», tema con la típica brutalidad Slipknot y con un añadido de thrash clasicón a lo Metallica que no lo hace más atractivo. Igual sucede con esos solos. Cuando comenzamos a escuchar a los de Iowa nos sorprendieron por su rabia directa, ahora son músicos maduros intentando parecer brutales… y no cuela. Podría ser un poco el resumen de un disco con mediocridades que varían entre la prometedora melancolía progresiva proclive a Tool que desemboca en aor facilón («Dead Memories») al batiburrillo entre Korn y Stone Temple Pilots o intento fallido de nuevo Vermillion que es «Gehenna» con un solo heavy metido con calzador.

El tema de los solos que no vienen a cuento es en verdad preocupante e incluso amenaza con arruinar «Sulfur», uno de los mejores temas del disco. Por lo demás, supone una interesante combinación de la asfixiante base rítmica de la banda con la melodía post-grunge salida de la garganta de Corey Taylor. «This Cold Black» también se salva de la quema al ser agresión pura y dura, sin florituras que la dejen en ridículo, buen metal con un buen riff, un veloz solo que aquí si, pega y sutiles efectos electrónicos que aportan cierta frescura.
Por lo demás vemos a una banda sin rumbo fijo. En el primer single «Psychosocial» mezclan fraseos de crossover noventero con un riff que es de nuevo puro Metallica, tics numetaleros y un estribillo de post-grunge bajo en calorías. En fin, un puzzle pretendidamente esquizofrénico que resulta bastante indigesto. Y aquí radica otro problema de los Slipknot actuales. O le cantas al caos y la destrucción o te pones en plan épico cual norteamericano sensible. Esta dualidad que sin duda debe mucho a Stone Sour arruina también «Wherein Lines Continue» y lleva a hacer baladas como «Snuff» una balada que ni Nickelback.

No hay mucho más que comentar aparte de que en la correcta «Butcher’s Hook» juegan a ser Fear Factory, mientras que «Vendetta» y «All Hope Is Gone» pasan desapercibidas (lo cual es bueno visto el panorama) gracias a su simpleza. Entre los bonus tracks encontramos más post-grunge y una nueva versión de Vermillion, lo cual ya tiene pinta de broma. Yo no quiero ser tan pesimista como Slipknot y espero que no se haya desvanecido toda esperanza de que Slipknot vuelvan a hacer un disco a la altura del no tan lejano Vol.3. Y que recuperen a Rick Rubin, que se ve que falta les hace.

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1 de enero de 2008