/Reseñas///

Seventhate, The – The Cooper Test

Seventhate
Tell Me A Riddle, 2006
Productor: Santi García
Banda: Javi, Jaume, Joan, Oscar, Xavi

Géneros: ,

7.6

Desde Barcelona, lugar de procedencia de bandas como Uziel, Moksha o The Eyes, surgen The Seventhate, una nueva banda dispuesta a poner a prueba los límites del hardcore y el metal. Suele ser habitual que este tipo de bandas de noise intenso sean despreciadas por los profanos como «una banda más de berridos», pero al igual que sus notorias influencias, con el quinteto no sucede esto, siendo capaces de crear un disco apetecible para el oído de cualquier aficionado al rock alternativo.

El hardcore crispado e impenitente comienza su asalto con la escueta «13 Thirties» al estilo de unos Dillinger E.P., Botch, etc. Los momentos más instantáneos los ponen canciones que no sobrepasan los tres minutos, como el single «Bolsters» (se incluye el vídeo en el CD), un certero ataque de rabia punk. Pose macarra con exhuberancia de guitarra y coros melódicos, que casan con guiños thrasheros. «Fleetwood Mac» comienza machacona y se convierte en un tema ideal para saltar al ritmo de los riffs, mientras «Serial Killer» muestra un registro más rockista y melódico, incluso con coros arropando. A través de parones se van desarrollando fases desde el infierno metálico, al hardcore desesperado.

Con una duración más generosa, en «Painkiller» la banda desarrolla mejor un sonido más oscuro, de guitarras dinámicas y pasajes que por momentos se calman, bebiendo de estructuras elegantes propias del jazz y terminando con efectivas melodías graves. En «Song» hacen un uso fugaz de voz templada y melódica y parece que más que facturar el tipo de música que otras bandas que vienen a la mente en un primer momento, The Seventhate se dedican a hacer canciones de rock con envoltorio ruidoso.

Estructuras más clásicas y dinámicas baterías abren «The First Hypocrite», nuevamente acercándose a los orígenes del thrash, para tras una parte de calma etérea con guitarras envolventes. En similares patrones se mueven los minutos finales de «Lonely Hearts Live in the Most Popular Bodies», donde hay que resaltar también las vías de escape progresivas que tejen entre sacudida y sacudida.

Un disco a medio camino de muchas cosas, con grandes intenciones pero tal vez deban decidir que vía tomar y arriesgarse con más melodías, decantarse por la complejidad de estructuras, tomar un camino más setentero o satisfacer a los fieles de los sonidos extremos. En todo caso un prometedor debut que ya les posiciona como banda a seguir de cerca y a sumar a una escena que goza de gran salud y calidad en nuestro país.

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1 de enero de 2006