San Borondón es el nuevo proyecto de Jorge Miranda, vocalista de los indie-rockers Malcortado. Con alma de proyecto de cantautor, aunque grabado con acompañamiento de banda, refleja unas letras intimistas matizadas por ese marcado -aunque suave por definición- acento canario no demasiado visto en el mundillo del indie y que, no nos engañemos, hay a quién puede no gustar. Pero sin embargo es parte importante de un proyecto así bautizado por un mito canario y ha sido grabado en el archipiélago casi en su totalidad.
Merece la pena el esfuerzo en cualquier caso, ya que el disco cuenta con una buena mezcla de sonidos de indie-rock animado y otros temas más relajados en clave folk. Destacamos en el primer apartado el galope de «El Rayo de la Muerte» con su indie-rock matematizado y su divertida percusión y «Por No Regar», uno de los temas más instantáneos. En los bajos potentes y ese guitarreo tan noventero vemos las influencias propias de Malcortado (Dinosaur Jr., Superchunk, Nueva Vulcano). «La Gente Ahora Está triste» es el momento en que vemos la guitarra eléctrica más desatada con melódicos riffs y un tono abiertamente más rock.
No es que los temas más lentos sean tediosos, sino todo lo contrario. La calidez del estribillo de «Piltrafilla» o la placidez de «Reacciona!» ofrecen agradables sensaciones pese a que sus letras describen más bien historias que no fueron bien o momentos de desorientación vital. El disco en general refleja muchos de estos episodios oscuros por los que todos pasamos, pero nunca pierde ese carácter positivo y el propio tono cálido del disco parece mandarnos siempre el mensaje de que tras lo narrado por las letras comienzan nuevas historias mucho más halagüeñas.
La propia repetición de los ingredientes hace de la segunda parte del disco algo menos excitante con un par de composiciones de menor gancho. Pero sobresale el folk-pop marcado por la acústica en «Un Piano en Llamas» y el optimista indie-folk de «Hay Cosas que Duran para Siempre». No es de extrañar si notamos las referencias a Jeff Mangum de la primera y que la segunda es versión de todo un Daniel Johnston.
Los 10 temas conforman uno de esos discos que, en su sencillez y honestidad, facilitan la conexión personal con el oyente. A medio camino entre los sonidos de los 90 y el más tradicional folk-rock, San Borondón me recuerdan en cierto modo a la propuesta de Muy Fellini. Tal vez la resaca del indie-rock llegue en esta forma, una vuelta de tuerca a esas mismas melodías, desde el más sobrio horizonte del cantautor. Como siempre, todo nos parecerá bien, mientras el resultado sea así de digno.