Cuando alguno de los muchos escépticos que rondan por este país te suelte algún cliché del tipo «no hay ningún grupo decente de aquí» o «en la música, todo es pasta» conviene tener a mano alguna maqueta de los muchos grupos interesantes que hay por estos lares. Por ejemplo, una de las de Proun. Este sorprendente dúo no solo ha sacado dos demos con un sonido realmente profesional sino que hace todo lo posible por distribuirlas con todas las facilidades posibles por medio de p2p y licencia Creative Commons.
Podemos decir que su discurso se sitúa cercano a premisas ya aceptadas en pleno 2007 como que, lejos de antiguos tópicos fruto de la marginalidad, el rock no está reñido con la ilustración. Así se explica un concepto bastante artie que gira en torno a Lazar Lissitzky que acuñó el término Proun para designar a la «renovación del arte«. No seré yo quién explique su coartada filosófica, menos cuando es un disco tan «distribuido» incluso adjuntando un cuidado artwork, las letras, etc. Lo que sí se nota es que el dúo comparte la idea de síntesis en la creación artística.
Comienza con un bonito tema instrumental con un extracto de un poema traducido de Dylan Thomas que se ensambla con el estallido de electricidad ambiental de «0618». Este tema es una mezcla curiosa entre atmósferas claustrofóbicas y metálicas con una voz filtrada en las estrofas de tono asfixiado y burlón. Este registro vocal trata deliberadamente de adaptarse a la distorsión reinante, como si quisiera fundirse con las propias guitarras. Cierra con otro extracto, esta vez un corte cinematográfico y es un tema que bebe de diferentes aires de la música alternativa, desde el grunge al post-rock pasando por el sludge, sin clasificarse realmente como nada de esto.
En un lugar donde los marasmos psicodélicos de The Mars Volta y Kyuss se encuentran podemos situar la palpitante «Salsa». De nuevo muestra una voz al borde de la esquizofrenia, ambientes repletos de tensión y que apabullan, especialmente por los largos minutajes (salvando la intro, los tres primeros temas exceden los seis minutos).
En «Fragmentos de Un Día Claro», el tema homónimo del disco, la voz se despliega tomando una vertiente más melódica y otra más desgarrada para más tarde pasar a unas voces masculina y femenina bastante neutras, recitando al unísono el poema que termina en desesperada petición : «Que pare el mundo de mentir«, acercándose en estos momentos al post-hardcore desolador a la par que emocional.
Para demostrar lo abierto del proyecto Proun, el corte 5 asalta con ritmos de baile. Y es que se trata de un remix por J.M. Molina de «El Último Verano», un tema de su anterior demo, de tal título. Con su toque de rock-metal secuenciado nos recuerda a experimentos nacionales como el de Freak XXI, pero es algo que no pasa de la anécdota y a tenor del resultado un tanto indiferente, así debe seguir. Finalmente lo que podría considerarse otro bonus track, titulado simplemente «Pista 06», un minimalista ejercicio de mezcla de pianos y teclados.
No es el de Proun un viaje fácil, pero hoy en día que opciones como las de Tool, Isis o el resto de bandas citadas a lo largo de la presente reseña están tan asimiladas, tampoco esto es un gran handicap. Si lo puede ser en cambio el temor a enfrentarse a textos en castellano más profundos de lo normal en el mundo del rock. En todo caso quién disfrute de los sonidos más tensos y extremos encontrará más afinidad en esta segunda demo que en la primera, de corte más etéreo.
