El 2009 estuvo marcado por discos de viejas glorias que reventaron estándares. Sonic Youth o Dinosaur Jr. nos dejaron claro que quién tuvo retuvo. Polvo siempre han estado en una liga más underground, pero definitivamente su regreso estuvo marcado por una contundencia y rabia propia de la juventud y lo que es más, manteniendo la inspiración. Uno de esos regresos que retoman las cosas donde las dejaron (allá por 1997) y hacen de nexo con el presente para crear algo completamente contemporáneo.
«Right the Relation» abre el disco mostrando como la banda sigue mordiendo instrumentalmente, si acaso con un tono más rockero y directo. Las líneas vocales a la altura de lo mejor de su pasado, dignas de los Sonic Youth más melódicos. «The Pedlar» es otro ejemplo de tema directo, tal vez la composición más sencilla del disco, tan sólo alterada por esas extrañas distorsiones.
Pero sin duda en cuanto a piezas contundentes, la que nos deja sin aire es «Beggars Bowl», demostrando que Polvo no tienen prejuicios de escena creando un tema de rock alternativo con complejidad instrumental exquisita. Un single donde el estribillo no es la parte vocal sino el repetitivo carrusel instrumental. La canción que escribiría Thurston Moore si le dejaran en una habitación con Russian Circles, amen de contener algunos de los riffs más inpirados de los últimos tiempos.
La banda dosifica la agresión con ejercicios más sutiles. «D.C. Trails» es buen ejemplo, con una línea de guitarras melódicas y perezosas, introspección que adquiere toques de pop disonante hasta explotar con un riff digno del mismo Kurt Cobain, pronto acompañado por el resto de instrumentos en un sibilino juego instrumental que deja en pañales a muchos post-rockeros y neoprogresivos.
La calma disonante de «City Birds» o la oscuridad de «Dream Residue/Work» no desmerecen pero se quedan pequeñas ante una joya como «A Link in the Chain», demostrando que los de Chapell Hill se mueven mejor buceando, nunca mejor dicho, en los largos minutajes. Esos que en este caso les permiten ir de la gravedad a la levedad, de hipnotizar jugando con la psicodelia, de crear minimalistas ambientes y destrozarlos a base de ruido y pasar de estado sólido, al líquido y al gaseoso.
A la hora de valorar todas las facetas de los Polvo de 2009, tal vez «Lucia» sea la pieza que mejor define sus virtudes, ejemplo magistral de composición. Arranca jugando con la oscilación de la lenta psicodelia alternada con grandiosos riffs totalmente sabbathicos y cuando nos hemos querido dar cuenta estamos envueltos en un rock alternativo de ásperas aunque animadas melodías, que cruza por pasillos de psicodelia percusiva y va subiendo grados de épica.
Los años han pasado y lo que en los 90 era definido como indie y math-rock hoy es adornado con muchos más estilos; Post-hardcore, rock progresivo, psicodelia, post-rock… en definitiva, un amplio abanico que define las aristas más experimentales del rock en las que Polvo se mueven creando sin embargo canciones y no simples ejercicios de estilo. Su rock humeante, como salido de un volcán, sigue de plena vigencia y nos alegramos mucho en estos tiempos de retornos únicamente nostálgicos.
