No debe ser fácil para una banda como No Age mantenerse deliberadamente en el filo entre el punk y lo experimental. Su ruidosa visión del indie fue aplaudida desde el principio, quizá con cierto seguidismo, y era obvio que eso iba a lastrar una evolución inevitable. Solventaron bien la papeleta en «Everything in Between» y parece que este disco les ha traído más problemas y una crisis existencial que han querido zanjar haciendo gala de ese DIY que siempre han llevado con orgullo: confeccionando ellos mismos las cajas de los discos para enfatizar «el objeto» y la relación más directa del artista con su producto y a su vez, la relación a través de éste con su público.
Ellos son muy dados a justificarse con este tipo de coartadas artístico-filosóficas pero al final lo que cuenta es la música. Y curiosamente, aunque en «An Object» el dúo ha querido no estancarse en su básica formación guitarra/batería jugando a sacar diferentes sonoridades o a emular similares sonidos por medio de otros instrumentos, casi podría decirse que han parido su disco más punk-rockero. Todo suena más natural, menos salvaje si, pero a la vez sin miedo a las estructuras clásicas y las canciones.
Si no de punk, ¿de qué podríamos catalogar temas tan directos a la par que melódicos como «C’mon Stimmung» con esos festivos riffs de licuadora, «Circling With Dizzy» o «Lock Box»?. Podemos decirle indie-rock por las propiedades aglutinadoras del termino, pero aquí la pareja hace punk-rock con viraje ruidoso, esto es post-punk, tanto de vertiente estadounidense como británica. Por el continente americano, aquí caben desde Ramones a Devo pasando por Fugazi o Mission of Burma.
Por la corriente británica, si ya New Order planearon por ejemplo en aquella mágica «Glitter» de su entrega previa, los de Manchester con y sin Ian Curtis planean claramente en el himno contestatario «I Won’t Be Your Generator» y de forma algo más solapada en «Running From a Go-Go». Pero curiosamente aquí no hay tanta oscuridad, ni tanta rabia. Al contrario, parecen haber encauzado su lucha a lo creativo y, tras instantes en que pensaron en separarse, han dado luz a un disco con un tono por lo menos agridulce, donde cierta vena optimista se confunde con la hipnótica y la ruidística, subyaciendo diversión y un sentimiento triunfal.
Tampoco han dejado de lado su faceta ambiental, simplemente han logrado enlazar el experimento con la canción y el ejemplo más impresionante es el hipnótico punk-rock de «Defector/Ed» uno de los cortes que mejor encarna esa lucha de ruido vs pop. Ni siquiera quieren dejar a sus anchas el droneante cierre «Commerce, Comment, Commence», que también adornan con un par de frases para jugar con ese improbable concepto de balada final en la que hay un 95% de ruido.
Con la que personalmente no soy muy entusiasta es con «An Impression» que sí, es una sorpresa agradable en su evolución e interesante en sonido, pero también bebe en exceso de una banda que ya tiene el camino más que escrito en esto del indie, como son Animal Collective. Por supuesto No Age no son tan simples para copiar y esa sección de cellos tranforma la canción en algo más. Estructuras simples, acometidas de forma compleja, ese parece ser el nuevo juego de la pareja de Los Angeles y por lo menos esta vez, les ha funcionado.