Voy a comenzar la reseña declarándome no especial fan de Nada Surf. Les escuché en esos primeros momentos en que tomaban el testigo del rock alternativo de Weezer (esa presentación en sociedad con «Popular») y el power pop de Teenage Fanclub. Pero hace tiempo que no les seguía la pista o al menos no escuchaba un disco suyo con tanto detenimiento como este. Hablamos de su ya séptimo disco de estudio, que sucede al álbum de versiones que editaran recientemente. Su título proviene a modo de curiosidad de Peter Caws, padre del cantante y guitarrista de la banda (Matthew) y de su teoría filosófica que separa al mundo natural de la actividad científica.
Dejándonos de anécdotas, lo que sorprende es que tantos años después, una banda como Nada Surf, que nació con música de sonido y temática adolescente, no sólo no ha perdido la frescura sino que hace todo por recuperarla. Así ha intentado deshacerse de ornamentos para ofrecer un disco más cercano a su sonido de directo, para ofrecernos la parte más directa de ese power-pop cuyas referencias siguen siendo los citados Teenage Fanclub o los Posies.
Como la mayoría de estos grupos, utilizan su proceso de maduración no para cambiar radicalmente el registro, si acaso para darle un toque nostálgico más creíble. Al fin y al cabo, es más coherente añorar la juventud cuando tienes cuarenta años que cuando aún rondas la veintena ¿no? Así entendemos la melancolía de «When I Was Young» que acaba explotando en un épico himno de base acústica, pero repleto de electricidad y hasta orquestaciones. Nunca es tarde para sueños adolescentes dicen en «Teenage Dreams», un tema muy Posies y una de las canciones más memorables del disco.
Por supuesto otras de las canciones que mejor entran son la casi punk-rockera apertura de «Clear Eye Clouded Mind», power-pop propulsado con velocidad y la dulce voz de Caws. Menos sorprende «Waiting For Something», no tan basada en su rudeza instrumental como en un estribillo tan sólido como sencillo. La clave del pop, en definitiva. Pero si algo diferencia al trío (como a sus propias influencias) es el vasto conocimiento de un rock que no expresan tan a menudo pero siempre está ahí para aportar una solidez que les evita caer en la languidez o ñoñez de otros acercamientos más mainstream al género.
El disco se rellena con otro puñado de temas que mantienen el nivel o cuanto menos, se saldan con correción, desde el pop campanilleante de «Jules and Jim» a la animadísima y rítmica «Looking Through», la melosa «Let the Fight Do The Fighting» o el cierre en clave rockero de «The Future». Diferentes partes de un todo que es el power-pop del que Nada Surf fueron un día discípulos pero a día de hoy ya se pueden considerar maestros.
