La primera década del milenio ha sido la de la mezcla, la fusión y la integración de todos los estilos y recursos posibles en cualquier ámbito del pop; llegando a ser probablemente su principal característica durante estos últimos años, traspasando las fronteras de lo propiamente indie y adentrándose en terrenos del pop y la electrónica mainstream. De todo esto sabe bastante y tiene en gran parte culpa James Murphy, que con This Is Happening llega al tercer largo de su ya altamente relevante proyecto LCD Soundsystem.
Y no es para menos: con este nuevo álbum, Murphy cierra una década de excitante y revolucionaria música, iniciada en 2002 con el single ‘Losing My Edge’ que ya ponía en nuestros oídos su por entonces novedosa y refrescante mezcolanza de dance, punk, funk, kraut-rock, post-punk, disco… y todo género o grupo que alguna vez haya atraído la atención de su melómano creador.
En este 2010, quizá ya nos suene plenamente asentado el sonido LCD Soundsystem, ya sea por la continua presencia en primera línea del ¿grupo?¿proyecto personal? durante todos estos años o por los inevitables imitadores que surgen a raíz de todo lo que sea bueno, original y llame la atención, pero ni mucho menos eso es motivo para desmerecer un álbum tan bueno como es este This Is Happening.
Retomando la sesión justo donde lo dejó el magnífico Sound of Silver (por poco, sigue siendo su mejor álbum), el disco arranca pausadamente con ‘Dance Yrself Clean’, nueve minutos de progresión rítmica que hacia el final de su primer tercio explota a golpe de sintetizador para casi al terminar volver a la tranquilidad inicial. Todo un golpe cíclico maestro ya nada más comenzar, que da paso a la sorpresa que supone ‘Drunk Girls’. Sorpresa porque, con sus poco más de tres minutos y medio, es el single más estándar que el neoyorquino haya compuesto jamás. Aún así, su hipnótico mantra vocal (‘drunk girls, drunk boys’) y electrónico lo convierten ya a la primera escucha en un infeccioso hit.
‘One Touch’ y ‘All I Want’, son 100% LCD Soundsystem y dos de los mejores momentos del álbum: la primera gracias a su obsesivo y marcado ritmo; y la segunda, algo más calma, debido al sutil uso de sintetizadores a lo largo de todo su recorrido, logrando así las melodías mas bellas del elepé. Rompe pistas ambas. A medio camino de las dos se encuentra ‘I Can Change’, segundo sencillo del álbum, y que quizá por ello es la segunda y última vez que vemos como la duración de un tema baja de los seis minutos.
Porque, sea ironía o no (recordemos la inmediatez de ‘Drunk Girls’), Murphy parece no buscar hits de radiofórmula, y por ello sus canciones se toman su tiempo y toman los derroteros que les son necesarios. De eso se burla precisamente en ‘You Wanted a Hit’, que alcanza y supera los nueve minutos defendiendo (o riéndose de) esta premisa.
El último tercio viene compuesto por los ritmos caribeños evolucionados de ‘Pow Pow’; el pequeño traspiés de ‘Somebody’s Calling Me’, que con su tempo más relajado rompe el tono general del conjunto; y un último triunfo total: ‘Home’, enésima muestra del talento de este tipo a la hora de hilvanar diversas filigranas sonoras en un mismo tema.
Y es debida a esta brillante tónica que muchos nos asustamos, o al menos nos tomamos con suspicacia, el anuncio de que LCD Soundsystem desaparecería con este álbum. Parecía un punto final triste, pero también algo adecuado, ya que coincidían el final de la década de reinado con los 40 años cumplidos del señor James. Pero parece que el genio y las ganas de seguir haciendo bailar al personal con melodías inteligentes (¡sí, se puede!) han podido con las ganas de sentarse a pasar la mediana edad jugando al ordenador, y el americano ya nos ha prometido ‘algunos singles más y cosas así’. Y otro nuevo álbum a la altura de este, por favor Sr. Murphy.