¿Qué sucede en Atlanta? El ascenso de Mastodon al olimpo del rock moderno está trayendo a la palestra una manada de grupos que, compartiendo no pocas características comunes, están sabiendo destacar por sus propios méritos. Tras un par de EPs, Baroness dieron el salto con «The Red Album» y finalmente llega el turno de que Kylesa, los grandes tapados del pack, se abran al mundo gracias al giro dado en «Static Tensions».
La banda continúa reteniendo las armas que la distinguen en su lucha por el trono del metal actual, que son la doble batería (fenómeno cada vez más frecuente) y la doble voz, masculina y femenina. La verdad es para asustarse porque en el mundo del heavy metal esta dualidad vocal ha dado mayormente réplicas góticas de Pimpinela que dan bastante grima. No es desde luego el caso al no ser por suerte ni él ni ella precisamente de voces agudas.
Kylesa han evolucionado por tanto, pero su propuesta sigue sin embargo siendo más agresiva que la de sus compañeros citados. Esto es gracias sobre todo al rock cabezón y macarra como unos Motörhead futuristas en «Scapegoat», el macarrismo más psicodélico en «Insomnia for Months», el toque más sludge de «Nature’s Predators» o recordando en lo instrumental a Baroness en el orgiástico asalto de «Only One» con una voz gargarosa y una mutante asociación de guitarras y sintetizadores en hermandad progresiva.
La cuestión es que no sólo hay buenos temas, sino que también tienen gancho. Un caso arquetípico del logro es «Said and Done», que entra a saco pese a ser uno de los temas más agresivos, que incluso puede ganarles alguna comparación con High On Fire. Curiosa la fusión de gaitas y sintetizadores hacia la segunda mitad del tema, un detalle magistral que añade una épica inesperada.
La voz de Laura también juega buen papel, sabiendo agredir pero explotando su potencial en temas con partes hipnóticas como «Running Red» o «To Walk Alone», ambas en la escuela que va de Black Sabbath a su corriente discípula, el stoner. Tanto es así que las escuchas se suceden sin que uno tenga necesariamente que reparar si esta voz más melódica o aquel agónico gemido procede de un hombre o de una mujer, cuestión que sirve para derribar clichés, dicho sea de paso.
En fin, los de Savannah han creado en «Static Tensions» no sólo la continuación lógica de Time Will Fuse Its Worth, sino la continuación perfecta. La banda necesitaba un disco con canciones más grandes, mejores y más dinámicas melodías y por supuesto, una producción que hiciera honor a esta etapa menos crustie. Orgullosos pueden estar, tres de tres y uno de los discos de metal del año.