Todo el que siga más o menos de cerca el mundo musical está al tanto de los «hypes» que surgen cada dos por tres. Pues bien, Ikara Colt gozan del beneplácito de la crítica londinense pero difícilmente se convertirán en un fenómeno acapara-portadas. Seguramente porque no resultan inofensivos, ni dan otra vuelta de tuerca al sonido del momento. Así que toma buena nota de su nombre, no vaya a ser de que por falta de promoción te vayas a perder este brillante tratado póstumo del indie-rock que se escucha de un plumazo. Simplemente como muestra de su buena fe, puedes echar un vistazo a las influencias diseminadas por sus canciones, todas sinónimo de buen hacer en el rock de las últimas décadas.
Comienzan estos aprendices modernos a descargar toda su rabia punk al más puro estilo Stooges en Wanna Be That Way que del mismo modo refleja un toque indie y ruidístico que ya les emparenta con los Sonic Youth más furiosos. Todo un estallido de apertura. Un patrón similar de canción se repite en I´m With Stupid que tras sus cavernícolas baterías esconde otro trallazo de punk-rock chillón, frenético y repleto de mala hostia. Sin perder fuerza, How´s the World Gonna Take You Now? es como situar a Frank Black reemplazando a Iggy Pop en su banda, a desgañitarse poseído por un ritmo incontrolable.
El estigma de los Pixies lo arrastran unos cuantos temas del disco. Por ejemplo Waste Ground pasaría a cualquier entendido por lo nuevo de los duendes dada la heterogeneidad de estos y que el vocalista Paul Resende clava aquí el timbre calmado del orondo cantante de Boston, aunque tampoco faltan reminiscencias a Joy Division y sus frías y complejas texturas. Por su parte Repro/Roadshow/Nightmare es otro tema muy Pixies, aunque encarna su faceta más caótica e imprevisible, a pesar de su simpleza.
Los ochenta pues, muy presentes en la música de Ikara Colt y he aquí unas pinceladas; Las aterradoras baterías de Day Draws Thin que nos sumergen en un oscuro pasadizo de after-punk directamente vinculado con Joy Division y los primeros New Order. Wake in the City, que es como fusionar a Mudhoney con Jesus and Mary Chain, con una trepidante línea de bajo/batería de aire post-punk. Jackpot sin dejar de recordar a los tiempos más salvajes de los de Seattle irrumpe con coros nuevaoleros resultando un tema absolutamente fresco a pesar de estar construido a base de patrones retro.
También hay momentos en que el ruido prácticamente ahoga la melodía como la atonal y chirriante Rewind, de la que nos es imposible separar la figura de Lee Ranaldo o Automatic, otra de esas descargas cavernícolas de rabia desencadenada que con una producción sucia y añeja originan una espiral inquietante de riffs, baterías y gritos. El final del track y del disco vienen a ser ruido según los cánones del art-punk neoyorkino, un desenfreno controlado.
Ni trampa, ni cartón, ni grupo prefabricado, Modern Apprentice refleja la colisión de cuatro músicos de diferente tendencia que lo que si comparten por suerte es buen gusto musical. El resultado, una guitarra, voz, bajo y batería igualmente presentes, que se ven envueltas en doce batallas musicales repletas de tensión instrumental y que llevan aire fresco al post-punk, el noise-pop, la nueva ola y el punk-rock.