Son tiempos de vuelta para muchos grupos entrañables de hace décadas. Ya no hablamos de grunge ni de sus satélites más próximos sino de todo lo que se fraguó en cuanto las ascuas del emo y el post-hardcore prendieron en el rock alternativo. The Get Up Kids, que el año pasado protagonizó un regreso glorioso a los escenarios por nuestro país se enfrenta ahora al reto de un nuevo lanzamiento que, según intuíamos por su reciente EP, viene con ganas de probar cosas nuevas.
Un disparo psicodélico abre «Tithe», con maneras de hardcore melódico ensuciado y componente atmosférica. Enérgica y rabiosa y con un riff adictivo, la banda utiliza claramente un gancho de apertura de disco. El siguiente momento de alta intensidad lo encontraremos en «Pararelevant», que consigue un aire vibrante con una electrónica que juega con el kraut, mezclándose un ritmo obsesivo con ruido de guitarras.
En general este acercamiento de la banda a la experimentación tiene un referente que subyace en varios momentos. No es muy original, se llama Radiohead y en «Keith Case» (ya conocida del EP) es puesta de especial relevancia, como si la parte musica fuera un remix sacado de la era Kid A. La evidencia no hace que no sea tal vez el tema más excitante del disco y abre senda para números de post-punk del más cabezón («Better Lie») hasta lo más garajero («Birmingham»). También con un toque post-punk en el sentido más abierto del término -y probablemente en su acepción más americana- «The Widow Paris» se asoma la rabia ecos de un hardcore que está aún en sus raíces.
Por el lado de las melodías y el synth-pop nos sorprende «When It Dies», repleta de épicos efectos espaciales sobre una efectiva melodía pop. «Rally Round the Fool» es el corte más emo propiamente dicho, que se acerca a los experimentos de Jimmy Eat World en «Futures» con algo más de pulsión electro. Más sonidos sintéticos introducen en clave relajada «Shatter Your Lungs«, un tema de pop soleado al que se introducen sombras electrónicas. En «Automatic» con igual mezcla de optimismo, hasta nos recuerdan a unos The Hives revisando el synth-pop.
La «Rememorable» que cierra el disco es quizá la canción más emparentada con el sonido reconocible de la banda, pese a la rítmica más a lo indie de nuevo cuño británica. Aunque nada comparable con «Regen’t Court» que casi parece un descarte del segundo disco de The Strokes.
«There Are Rules», cuyo título puede ser perfectamente un sarcasmo a la espera de reacciones negativas es un disco fresco y divertido por mucho que no llegue a los estándares de sus viejos tiempos (ni uno de cada diez lo consiguen) y la banda se mueva más ajena al sonido de pop punk rabioso y melancólico que les trajo reconocimiento. Con aciertos y errores, este es el disco de una banda veterana con ilusión por seguir haciendo música y eso, que no es poco, lo transmiten de principio a fin.