Cuando Eric Fuentes, líder a lo largo de los años de los ya extintos The Unfinished Sympathy, le dio por sacar sus dos discos en solitario previos nos quedaba claro que su intención era la de dar salida a las caras que no cabían en su grupo principal. Quizás en “Avida Dollars”, su último disco dentro de la banda, ya teníamos mucho de esa obsesión melódica de Eric, pero ahora la cosa ha cambiado con este nuevo trabajo en solitario.
Como único miembro continuo de The Unfinished Sympathy a Eric Fuentes le debíó venir bien eso de sacar finalmente sus discos inexcusablemente bajo su única voz. Bajo esa voz compositiva que hizo de discos como “Rock For Food” o “An Investment In Logistics” dos obras clave del rock-hardcore (por decir algo) local, pero también ese amante de los sonidos ochenteros que ya vimos en el previo “Bahía Paraíso”. Igual, sus habituales gustos por sonidos mucho más extremos no llegan a aparecer, pero todo a su tiempo.
En este caso, bajo el sobrenombre de Eric Fuentes & El Mal se junta a una banda formada entre otros por su propio hermano para dar rienda a todo ese cancionero: ecos indudablemente de los mejores The Unfinished Sympathy en “Death and Above” o “The Evil Way” , aguerridas como «Growl», melodías marcas de la casa en “Kickstar My Hopes” e incluso bien rebajadas de guitarras y pegada en “Rock & Roll Is A Full Time Job” e incluso un inevitable paso hacía composiciones en catalán como “Hora Punta en Territorio Enemic”, que probablemente podría ser lo mejor de todo el disco.
Indudablemente no es más que una primera piedra en la que Eric ha puesto todo lo que ya nos había enseñado, sin querer crear un sonido nuevo de entre todas sus facetas, aunque dejando claro de momento cuales son sus cartas. Con estos treinta minutos nos ha avisado de que sigue ahí y más fuerte que nunca, pero yo incluso espero que termine de conseguir un sonido propio en futuras entregas como ya nos tiene acostumbrado. Un sonido que suene a Eric Fuentes del todo.