Satisfechos deben estar estos cuatro californianos de, este, su decimoquinta entrega discográfica (si, más de una por año). Por que parece que para una banda con la trayectoria como la de Fu Manchu no le pesan los años, ni las obras discográficas. Tras un prometedor EP el año pasado titulado «Hung Out To Dry» y tras un regular disco en 2004, bajo el título de «Start The Machine», nos sorprenden con uno de los mejores discos de la carrera de estos adictos de la carretera y los coches.
Scott Hill, líder inequívoco, junto a sus tres secuaces han conseguido sacar una impactante referencia en este principio de año, que será difícil que será un escollo que tendrán que superar los Queens Of The Stone Age, Hermano, etc en sus nuevas referencias. Y es que parece que en esta ocasión, y dejando un poco de lado el ablandamiento que había supuesto «Start The Machine», se han decidido por acelerarse e incluso pasarse al lado punk de su sonido. Desde el tema inicial, que da titulo al disco, hasta el tercer tema «Let Me Out» (con el abrasivo sonido de guitarras de «Knew It All Along» de por medio) nos taladran la cabeza con una inusitada potencia.
Y es que, el sonido es de lo más contundente en este caso. El productor del disco, Andrew Alekel (Queens Of The Stone Age, Melvins…), junto a los propios miembros de la banda han conseguido sacar un sonido que casi nos atreveríamos a decir que es casi inmejorable para esta banda. Así como prácticamente inmejorable es el gran tema del disco, «Hung Out To Dry»: estribillo pegadizo, guitarras potentes entremezcladas con algún que otro sonido más leve de guitarra y ese puntito de rabia, que siempre les queda. A la altura de sus clásicos.
En la recta final «Didn’t Really Try», que por alguna razón nos recuerda mucho al sonido de la banda en «California Crossing», nos deja a punto para disfrutar con una canción que se pierde más en el horizonte, bajo el nombre de «Sensei Vs. Sensei». Y hablando de maestros (sensei en japonés quiere decir maestro) nos han dejado claro con «We Must Obey» que han dejado de comer polvo y son eso, maestros.