/Reseñas///

Fontaines D.C. – Romance

fontaines dc romance portada
XL, 2024
Productor: James Ford
Banda: Carlos O'Connell, Conor Curley, Conor Deegan III, Grian Chatten, Tom Coll

Géneros: , , ,

7.3

En un panorama post-Internet en el que las modas vienen y van a la velocidad del rayo, Fontaines D.C. son, con ya cuatro discos de éxito en apenas 5 años, herederos del trono del indie de estadios (una contradicción con la que hemos aprendido a vivir). Sus principales contemporáneos, si es que alguna vez jugaron en la misma liga, han desaparecido del mapa; cuando escribo esto, Black Midi han decidido darse un respiro y el futuro de Black Country;New Road sigue siendo incierto. Los irlandeses son los únicos niños bonitos de esa generación que siguen en el lío.

Quizá esto sea clave para entender el giro de timón estético y musical en este colorista «Romance», como si se vieran obligados a reinventarse, a cambiar de «era», vocablo que la cultura swiftie ha inoculado al pop. Así, los otrora chicos «gris intenso» de Dublin se han vestido de estravagancia rosa y verde pistacho, trenzas, teñidos, prendas caprichosas y gafas bakalas, a juego con su nueva paleta sonora. Con golpe de efecto, el canallita single de adelanto «Starbuster» sonaba a lo que sonaría el britpop si hubiera llegado a cruzarse con el numetal, incluido ese cómico gutural aspirado en el estribillo. Definitivamente, algo cambiaba.

Todo apunta a que el quinteto se ha divertido un montón grabando este disco, seguramente con la excusa de subvertir todo lo que supone para una banda «madurar» o «venderse». Pero lo cierto es que esta reseña sería mucho más sencilla de hacer si estuviéramos hablando del clásico «salto al pop». «Romance» cuenta con muchos sabores y entre ellos la oscuridad del post-punk y de los retazos folkies que solían adornar sus obras se pierden, eso es verdad, pero la banda siempre ha facturado temas de clara vocación pop. Lo que sí pasa aquí es que el quinteto ha puesto la mirada decididamente en los sonidos noventeros.

El shoegaze es en este viraje un protagonista destacado, ya sea con la dulce saturación guitarrera de «Here’s The Thing» como si Kevin Shields buscara un single, con los ecos a las baladas sanadoras de Deftones que escuchamos en «Desire» o momentos que cruzan a Blur con Smashing Pumpkins como la orquestada y teatral «In The Modern World». Nos podemos quedar solos citando referencias y guiños para todo el disco; a cualquiera que haya vivido los 90, el repetitivo riff acústico de «Bug» le traerá a la cabeza Mr. Jones de Counting Crows y las dinámicas de «Death Kink» a la dupla Pixies-Nirvana.

Así las cosas, es difícil no ver que Fontaines D.C. han concebido el disco con dicha década en mente, algo recurrente en la música popular de los últimos años pero pocas veces de forma tan radical. Todos estamos irremediablemente anclados a la música de nuestra adolescencia, pero Fontaine D.C. son una banda de ahora y la cuestión es: ¿suena fresco «Romance» a las nuevas generaciones? ¿O les suena a nostalgia de camisetas grunge en el Primark? ¿Y es esto bueno o malo? ¿Acaso «Favourite», el tema que cierra «Romance» -un clásico instantáneo por cierto-, no es una ducha por aspersión de sensaciones melancólicas que evocan un pasado más feliz?

«Romance» es a la vez un motivo de celebración y una ligera decepción. Porque nos merecemos una banda del calibre de Fontaines D.C. en lo alto del rock actual; una que pueda encabezar festivales sin himnos facilones y cuya música retenga la suficiente sustancia. En este sentido es buena noticia que «Romance» pueda afianzar esa posición y llegar a un público algo más amplio. Y es indudable que la coartada shoegazer ha servido a la banda para rellenar minutaje de pop ambiental un tanto derivativo, pero aunque «Skinty Fia» apuntara más alto, cualitativamente «Romance» no se aleja de la media de sus discos anteriores.

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11 de septiembre de 2024