/Reseñas///

Foals – Total Life Forever

Foals - Total Life Forever portada
Transgressive / Sub Pop, 2010
Productor: Luke Smith
Banda: Yannis Philippakis, Jack Bevan, Jimmy Smith, Edwin Congreave y Walter Gervers

Géneros: , , ,

6.7

Los compulsivos ritmos electrónicos de Foals protagonizaron hace unos años el hype exitoso del año. Me refiero con estos términos al grupo novel que suena en todas partes y sin embargo uno es capaz de reconocerles el mérito (no sucede siempre, aunque claro, esto es mera subjetividad). En su caso fue porque, aparte de «Ballons» o «Cassius» e incluso a veces a pesar de ellas, Antidotes era un disco vibrante lleno de buenos momentos y fresco en su totalidad. Las declaraciones de la banda por la época ya dejaban claro que repetirse les parecía una bobada, así que no sabíamos que esperar de su regreso.

Esta vez se presentan con un toque ochentero en la producción, más post-punk pero con la dulzura de la nueva ola y con la influencia más que notable de unos Talking Heads años después de que decenas de bandas explotaran esa herencia. Esto se traduce en que la voz, anteriormente comparada con Robert Smith tiende más al artificio de David Byrne y en general el sonido se aleja del minimalismo anterior para abrazar un pop de tintes más recargados. La inicial y juguetona «Blue Blood» con sus coros, la luminosa «Miami» o la especialmente sintética «Total Life Forever» dan muestras de ello. Paralelamente han querido abrazar un toque de exotismo más orgánico que si no da malos resultados, les hace sonar mas aburridos («Black Gold»).

Dicho esto, el cambio tampoco es tan drástico como podríamos imaginarnos, pero si de enjundia. Prácticamente el rastro «math» desaparece y los momentos electrónicos pierden mucho peso en favor de un pop más basado en melodías que fluyen de forma más clásica y en la voz.

La zona single del ecuador es lo mejor del disco. «Spanish Sahara» es la prueba de que pueden sobreponerse al su éxito primerizo cambiando baile por quietud y emotividad. Un leve piano va arropándose de un ritmo, guitarras y sutiles sintetizadores, haciendo de colchón a la frágil voz. Finalmente todo crece y explota ante la atenta mirada de un repetitivo sintetizador y las melodías de guitarra hacen aparición redondeando una pieza memorable y épica. La muy Bloc Party «This Orient» le sigue como el mayor hit del disco y el más directo, se pega a la cabeza desde la primera escucha y aguanta muchas. ¿Que encontramos en ella? Pues vestigios de la agitación rítmica casi perdida.

«After Glow» encierra tímidos ecos de goth-rock hasta que estalla en la pista de baile con un corte disco que no preveíamos, pero tampoco nos eclipsa. Nos quedamos con el clima etéreo de «Alabaster», bello incluso dentro de su barroquismo, con la hipnótica sensibilidad de «2Trees» y el estupendo cierre de «What Remains» con esos diabólicos bajos renqueantes. Las 3 nos dejan una fase final mucho más equilibrada entre sus aciertos de antes y los nuevos sonidos que han incorporado a la paleta.

Foals han querido crecer y expandirse muy pronto en lo que parece un paso adelante (el atrevimiento) y dos atrás (la pérdida de frescura y de hits). El éxito parece que no les va a dar la espalda pero esperemos que en lo creativo sepan reconducirse.

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1 de enero de 2010