Cuesta creerse que un disco a priori tan fresco y vanguardista como este de Foals termine resultando plano, pero es cierto que esa vena indie que le sacan al sonido progresivo de Battles a veces queda a medio camino entre la genialidad y un grupo raver mas.
Y eso que el comienzo es inmejorable con el endiablado ritmo sincopado de «The French Open» y «Cassius», que se ayuda de manera muy inteligente de un instrumento tan olvidado en estos terrenos como es el saxofón. Posteriormente el disco se adentra más en una búsqueda de estribillos y de guitarras juguetonas como va demostrando «Electric Bloom» o. «Olimpic Airwaves» con resultados irregulares.
Aún con las carencias propias de unos debutantes, Foals se anotan un punto evidente con la complicación de su estilo ¿indie progresivo? De hecho, parecen una esperanza evidente para el siempre difícil mundo del indie británico, y más visto lo que demostraron en directo en el pasado Summercase.