Deudor en cuanto a sonido de décadas pasadas, pero con un rabioso y juguetón deje actual, nos llega desde Valencia el debut en largo de Flipping Colors, “Selfish Shellfish Selfie”. Con un Ep titulado “Dead” a sus espaldas que veía la luz en 2014, su formación está integrada por experimentados y curtidos músicos de la floreciente escena levantina (Tucán, Cuello, Sangre de Mono o Jackson Milicia) que ahora, en este luminoso proyecto, dejan ver sus influencias más eminentemente pop en sus más diversas vertientes.
Producido por el Betunizer, Pablo Peiró, el disco abre con «Katana» y esa esencia entre despreocupada y adictiva que tan bien supieron aprovechar en los últimos lustros bandas como The Black Lips. Con un sonido más educado que éstos, en «Queen» se encuentran ecos que van desde los Wire más melódicos, hasta el «Date With Ikea» de Pavement, pasando por la facilidad creativa de los míticos Byrds. El power pop de “Yourself” se da la mano a lo largo del todo el álbum con los coros y la psicodelia moderna que desprenden temas como “Pink and Gay”, pero los músicos que integran este proyecto tienen un background punk, y éste se deja notar en la muy Superchunk, “Whore”, o en los 58 segundos de intensidad e indie rock acelerado que en “High Drive” los acercan a The Thermals.
El punk melódico de correcta factura de “A Great Job”, la fresca y saltarina “Sunny Sun”, y el estupendo final de “Wheel Chair”, dan cuerpo a la segunda mitad del disco antes de llegar al magnífico cierre que supone “We Fall Down”. Rocanrolera, contundente y desbocada, pone un notable broche final que, además de ser noventero a más no poder en lo que a sonido se refiere, se ve acompañado de una de esas rarezas tan típicas de aquella década: una pista escondida de extraño y oscuro folk que remata este “Selfish Shellfish Selfie”. Sin duda uno de los debuts del año a nivel nacional en lo que a pop de guitarras se refiere.