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Deftones – Deftones

Deftones - Deftones portada
Maverick/Warner, 2003
Productor: Terry Date
Banda: Moreno, Carpenter, Cheng, Cunningham, Delgado

Géneros: ,

8.0

Una vuelta a los orígenes es lo que intenta la banda de Sacramento con este nuevo y tan postergado trabajo. Un retorno a partir de donde lo dejaron tras White Pony, de modo que se queda a medias y en tierra de nadie. Y es que tras haber sido pioneros de esa indefinida colisión de estilos que se ha venido en llamar nu-metal, se reinventaron a si mismos para entregarnos una de las obras cumbres del rock de nuevo cuño. Después de tales hazañas muchos esperábamos más de este homónimo que nos ha dejado fríos a primera escucha. De todos modos, dentro de los seguidores de la banda, hay dos posturas bien claras; los de Adrenaline (hardcore-metal crudo) y los de White Pony (grunge-metal emocional) como si dijéramos. Así que es normal que haya una gran parte de su público para el cual este disco traiga nuevas esperanzas.

Lo primero decir que no es que sea un disco flojo, sino que la sombra del caballo es alargada. Empezamos conociéndolo por tres canciones difundidas por diferentes vías que dan una idea de la heterogeneidad del disco; Minerva, primer single muy en la onda del disco previo con densas atmósferas guitarreras y aire optimista, cercana a «Change» o «Pink Maggit», lo cual dice bastante en su favor. Hexagram, un innovador ejercicio de hardcore paranoico con riff cabezón de Carpenter y secuencias caóticas de gritos que los retrotrae en parte a sus inicios pero con similar pulso vital que la anterior. Ese toque más alegre y esperanzador es una tónica que domina a lo largo de los 11 temas del disco. Y Lucky You, la más sorprendente de todas, publicada antes en la BSO de Matrix: Reloaded, un viaje a través de la electrónica más calmada y el trip-hop, portavoz de la faceta que Chino despliega en su proyecto paralelo, Team Sleep. Interesante cuanto menos.

Needles and Pins, suena ya a oído en el disco anterior, toques que recuerdan a «Feiticeira», aunque se salva por lo aterciopelado y a la vez visceral de su estribillo en la cálida y espeluznante voz del frontman. Good Morning Beautiful es a mi juicio uno de los momentos álgidos, donde Chino muestra una registro más oscuro y tal vez la canción que recoge con más acierto esa mixtura entre crudeza y emoción. Deathblow intenta lo mismo y a pesar de una inquietante base sonora, deja bastante indiferente. Los amantes de la caña disfrutarán de When Girls Telephone Boys que cae en los gritos desgarrados más propios de sus primeros álbumes manteniendo así la nota, igual que harían con «Elite» cuyos riffs y línea de bajo se parecen sospechosamente aunque esta es menos monótona que aquella. Battle-axe se presenta como una continuación a las texturas más progresivas e inquietantes de la última etapa y con una atmósfera propia de las más claustrofóbicas composiciones de Stone Temple Pilots, otro pleno del disco.
Acercándonos al final tenemos otro corte agresivo, Bloody Cape un tema de guitarras duras machaconas y repetitivas con las que hace contraste la melódica voz de Chino que culmina con un desgañitamiento, la prolongación de «Korea», para entendernos. Le sigue en contraste total Anniversary of an uninteresting event, una amable canción que recuerda a los instrumentales escarceos de los Smashing Pumpkins más relajados y melancólicos. Queda bien para seguir demostrando que la banda no se cierra a ningún tipo de sonido pero tampoco sorprende en exceso. Y llega por fin el apoteosis final, tal vez, en opinión de quien firma estas líneas, el mejor tema del disco. Hablo de Moana que tiene unas guitarras dignas de los Sonic Youth más rockeros (y me recuerdan al «Feel the Pain» de Dinosaur Jr.). Es en canciones como estas en donde se revelan como un grupo de rock alternativo sin prejuicios. Un auténtico himno de corte optimista y enérgico, una despedida mucho más que digna.

Deftones pretende, a mi modo de ver, ser un acopio de todos los aciertos de la banda hasta ahora, definiendo lo que ha sido su sonido en todo este tiempo y ese objetivo lo cumple, ya que el grado de heterogeneidad es muy alto. Como ya se ha dicho a lo largo del texto, se puede definir como un Around the Fur más dulce, o un White Pony más agresivo, pero sobre todo, (y esto es lo importante) menos inspirado que este último. Lo que no quiere decir que en todo caso lo esté más que el 95% de discos que se empeña no-se-quien en enmarcar en el género, sólo que su listón estaba muy alto. Nada nuevo bajo el horizonte o al menos nada que eclipse mínimamente al pony. El resultado sigue gustando y siendo diferente en cierto modo, pero si se duermen en los laureles corren el peligro de pasar a la historia en vez de seguir tejiéndola como han hecho hasta la fecha.

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1 de enero de 2003