En 2010 y tras haber editado una demo previa, los gipuzkoanos Cohen sorprendieron con un debut de gran calidad, que conjugaba la herencia del post-hardcore desde Refused a The Dillinger Escape Plan, con toques de Mastodon, Berri Txarrak, Deftones y un puñado más de bandas, pero casi siempre manteniendo como base los estallidos rítmicos del noise y cierta esquizofrenia por bandera.
Tras un fuerte cambio de alineación, Cohen regresan en formato trío y con este EP, quizá tanteando su nueva situación. Esta vez se relajan unos cuantos niveles y apuestan por una intensidad algo menos hiperactiva, quedando el post-hardcore de Refused o At The Drive-In como influencias de primer nivel sobre estructuras y riffs más rockeros. A los segundos recuerdan y mucho en las estrofas de «Capgras Syndrome», quizá el mejor tema, una composición muy dinámica que despide el EP con los mejores ganchos melódicos.
De nuevo y quizá mejor, saben combinar hardcore y metal con gracia especial (no confundir con el llamado «metalcore» que tantas angustias nos ha provocado en los últimos años) en temas como «Natalie Portman» que pese a comenzar muy embrutecidos siempre tienen alguna parte melódica que ayuda a redondear la canción. Y es que aunque parezca que no, la canción prima en estos Cohen, cada tema tiene sus gritos, su agonía, su furibundo arranque de guitarras en algún punto, pero siempre hay algún estribillo aunque no esté puesto en el sitio que quizá el oyente esperaba.
Y eso que el trío ha normalizado un poco sus estructuras, se ha desmarcado del reiterativo uso de la pauta «grito-melódico» que acusaba su larga duración, pero a la vez ha hecho el sonido más sucio y denso, ganando en robustez. Es cierto que si lo comparamos con el disco, el EP juega con la ventaja de ser sólo 5 temas, pero en todo caso esta mayor comunión con un punk-rock y un rock alternativo en un amplio sentido contribuye a la solidez del nuevo repertorio y a que los temas se asienten mejor en el receptor.