Formados por una especie de ONU del indie rock, Cheatahs están formados, como en los chistes, por un inglés, un alemán, un canadiense, y un estadounidense, y pese a que falta el español, si les das una oportunidad reírte igual no te ríes, pero pasar un buen rato lo tendrás asegurado. Que conste que no son Cheatahs los inventores de absolutamente nada, pero si existe un modo de traslación para marchar hasta un paraje soleado y disfrutar de los largos y nostálgicos días de verano, ellos son un perfecto vehículo de teletransporte. Letras sencillas en torno al siempre manido tema del amor, apenas ocho canciones (¿se está poniendo esto de los discos de ocho canciones o a mi me lo parece?), y veintipocos minutos de indie rock de múltiples aristas, que sin embargo desembocarán todas ellas en la búsqueda del revival 90´s como punto culminante, son la receta de esta banda afincada en EEUU. Producido por el también bajista en la banda, Dean Reid, en “Extended Plays” encontramos una compilación de los dos Ep´s que había publicado con anterioridad el grupo, y bajo el paraguas de un sello carismático como Wichita Recordings (Cloud Nothings, Les Savy Fav, The Bronx…) saltan a una palestra que ya de primeras les ha reservado debutar en el próximo Primavera Sound.
Arrancan estos cuatro jovenzuelos con “The Swan”, sin duda una de sus mejores creaciones. Indie Rock directo a la yugular con suaves pinceladas en los modos vocales de James Wignall, que nos recuerdan al shoegaze británico de corte más accesible. Voz dulce y reverberada, pero no demasiado, junto a guitarras crujientes y distorsionadas, que tampoco lo están demasiado, y que tan pronto te recordaran a Slowdive o Ride, como te traerán a la cabeza a unos de los cabecillas del revival 90´s como son Yuck. En “Sans”, las guitarras dan un paso atrás en el tiempo y se van a mediados de los 80´ para evocar a Dinosaur Jr o a los últimos Hüsker Dü. Eso sí, el punto de mayor oscuridad en la base no esconde unas melodías vocales que los siguen acercando prácticamente al dream pop. Realmente contagiosa se presenta la tercera pieza del álbum, “Fountain Park”, un corte de poco más de dos minutos que se pone gallito gracias a la turbiedad del tramo central del tema, siendo este momento uno de los mejores del disco. En “Flake” la cosa se simplifica y se acerca incluso al punk rock o el rock alternativo con pinceladas shoegaze de Swervedriver, habiendo sitio, pese a ello, para unos coros que no siguen dejando clara la coartada pop que inunda todo el álbum.
Tratando de buscar algo de variedad, en “Coared” incluso se atreven con un tempo y unos teclados que le dan a la canción un punto siniestrillo que los lleva a otros 80´s algo diferentes a los transitados hasta ahora, e incluso podrían acercarse a una versión directa y básica de The Smashing Pumpkins. Pero será cosa de poco porque rápidamente vuelve la distorsión con “Ripper”, tema hermano, de nuevo, de unos Dinosaur Jr con Mascis y Barlow repartiéndose voces y coros. A pesar de la evidencia la canción funciona de maravilla en ese terreno pseudogrungero, y posiblemente estemos ante el último gran tema del Lp.
Para el final quedan el medio tiempo “Jacobi”, y una última “Froshed” que deja con ganas de algo más de personalidad, y sobre todo de calidad en la segunda mitad de este «Extended Plays». Y es que como en su día pasaba con Yuck, a este tipo de bandas, yo al menos, no les pido innovación, sino más bien regularidad y buenas canciones. Lo que se viene llamando TEMAZOS. Y es que inventar es obvio que no van a inventar nada, pero si completan un disco repleto de hits es suficiente para rememorar con nostalgia aquellos maravillosos 90. Pese a ello muy digno debut de un grupo que no decepcionará a quienes gusten de este tipo de sonidos, pero que sin embargo me hace plantearme una pregunta. ¿De verdad a alguien le parecen Cheatahs mejores que, por ejemplo, nuestros Zephyr Lake? Entonces ¿por qué no son estos segundos los que tocan el miércoles del Primavera Sound en la sala Apolo…?
