Tiempo ha pasado desde los 90. Y lo digo porque la propuesta de Charades en aquella época seguramente me habría parecido ñoña, infantil y cualquier otro adjetivo con algún toque peyorativo para definir el pop con ausencia de notorios riffs eléctricos o algún otro artificio. Por contradictorio que pueda parecer años después me veo más capacitado para juzgar este tipo de sonidos ligeros, directos y luminosos y encima con letras en castellano. Hay que tragarse el rubor.
Y es que no reconocer la facilidad con la que la escasa media hora que «En Ningún Lugar» forma a base de temas por debajo de los dos minutos y medio, es pura delicia pop, sencilla en sus formas pero lo suficientemente arreglada para captar la atención a primera escucha y grabarse a fuego en sucesivas. Voz dulce, coros que llenan casi todos los espacios, teclados usados con medida y también guitarras o baterías aguerridas cuando hacen falta, claro que sí. Esas son las armas de Charades. Canciones que te transportan si las dejas, desde tu cama a paisajes sencillos pero llenos de belleza.
Power-pop con voz femenina sería de hecho la definición con mejor relación concreción/ajuste. Y del bueno, como pueden atestiguar «La Máquina del Tiempo», «Cuando Tu No Estás» o «En Ningún Lugar», que cumplen los cánones de un género delimitado por nombres como Posies, Breeders, Nosotrash. Y así en un equilibrio donde hay momentos más relajados y nublados, pero donde la luz gana y se impone con la frescura del primer momento en «Un Lugar de los Dos», que cierra el disco.
A ver si nos ponemos de acuerdo. Si Charades no merecen sonar en las radios, por lo menos deberían figurar en carteles de festivales en vez de la engañifa británica de turno. Que uno está harto de que le digan siempre que escucha música rara, si la música de estas chicas (y chico) no es susceptible de, por lo menos, agradar a cualquier humano que venga Dios y lo reconozca. Bueno, siempre les quedará el Sant Feliu. Ah, por cierto, producido por el ubicuo Santi García, que tal vez haya encontrado el gusanillo del power-pop tras Ghouls ‘N’ Ghosts.