Hay bandas que evolucionan y otras que estancan su sonido a lo largo de los años, habiendo al mismo tiempo una nueva subdivisión dentro de este último sector de estancados: los que lo hacen por falta de riesgo o los que lo hacen porque es lo que mejor saben hacer. El caso de Cake está claramente en ese reducto de bandas que siguen fieles a su sonido, que por otro lado sigue funcionando a la perfección. Un sonido verdaderamente propio y reconocible, con sus seguidores y sus detractores.
En «Showroom of Compassion» encontramos poco más o menos lo que todos esperábamos, lo que para cualquier banda del mundo sería un punto negativo aquí es claramente positivo. Quizás la banda de Sacramento ha conseguido volver hacía un sonido más rock, dentro de ese continuismo general. Más de como suenan en directo. Por ejemplo, las baterías y ritmos están mucho más cerca de su obra maestra «Fashion Nugget» que de los beats programados de «Comfort Eagle», que apenas aparecen en la soberbia y pegadiza «Long Time». Al mismo tiempo el espectro de su música siempre incluye pasajes bonitos, calmados y pop, que en este caso tienen en el medio tiempo de «Got Move» la parte mejor elaborada.
Estaríamos hablando pues de una obra verdaderamente a la altura de ese querido segundo trabajo de no ser por como el disco finaliza de un modo excesivamente plano y aburrido. El pop limpio y ampuloso aparece justo cuando el disco comienza a atragantarse, y solamente el estilo vocal grueso de John McCrea salva el estribillo de «The Winter», en mitad de un intento de folk clásico («Bound Away») y de arreglos orquestales («Italian Guy»). El resto del disco funciona perfectamente, desde la oscura «Federal Funding», la rockera-trompetera«Moustache Man» y la enorme melodía con parones de fraseo habituales en John McCrea de «What’s Now is Now» , aparte de la anteriormente citada «Long Time» como momento más brillante del disco.
Siempre es bueno volver a escuchar la trompeta de Vince DiFiore, los juegos de palabras de John y un sonido ya tan propio y reconocible como el de Cake. Veinte años ya corriendo al lado de otros artistas similares en estilo como podrían ser Beck o Eels es un hecho que todos debemos celebrar.