¿Hay algo que pueda ser más freak que grabar un disco en directo en un bareto de mala muerte en Tijuana? Pues sí, que además la banda sea presentada como si de luchadores de la Triple A de lucha libre mejicana se tratará.
De este modo, aparecen The Black Lips, por supuesto presentados como parte del bando de los «rudos» para luchar contra el bando de los «técnicos» (En la AAA mejicana , los rudos son los malos y los técnicos los buenos). Y nunca mejor dicho eso de que pertenecen más al bando de los rudos en todos los sentidos.
Vamos, que disfrutamos con el inicio tan corpulento como es «M. I. A.» y sobre todo con las piezas de su reciente «Let It Bloom» como demuestra «Sea of Blasphemy», «Hippie, Hippie, Hoorah» o «Dirty Hands», pero por otro lado nos quedamos a medias con un disco que no llega a transportarte allí por mucho que lo vayas oyendo rodeado de otra gente sudorosa que te acomapaña en el autobús o con el olor a alcohol de tu compañero de asiento del tren. Es parecido, pero me parece que no tiene nada que ver a verlos en directo…